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Todo vale para ganar en Francia

Los golpes bajos y las insidias ganan terreno al debate ideológico en la campaña electoral

Enric González

A falta de grandes ideas y de proyectos políticos, la campaña electoral francesa abunda en golpes bajos. Especialmente entre los dos candidatos gaullistas, Jacques Chirac y Édouard Balladur, cuya similitud ideológica conduce a una campaña de descalificaciones personales. Incluso un fajador tan conocido por sus artimañas y capacidad de encaje como Charles Pasqua, ministro del Interior, afirma que es "una campaña asquerosa". En una época marcada por casos de corrupción y con la clase política bajo sospecha, la prensa parece dispuesta a contribuir a la confusión, olvidando su antiguo respeto por la vida privada.Balladur, el primer ministro-candidato, dice a sus próximos que no olvidará ciertas insidias que le han "herido personalmente". La más grosera es un delirante rumor difundido en panfletos anónimos sobre una supuesta relación homosexual entre Balladur y Nicolas Bazire, su director de campaña. El rumor, recogido junto con otras difamaciones escandalosas en un libro editado por Le Canard Enchaîné, tuvo cabida en el semanario ultraderechista Minute, sin que su origen pudiera precisarse.

Otras insinuaciones, menos groseras pero más dañinas, se abren paso entre las páginas de la prensa de prestigio. El vespertino Le Monde, cuya línea editorial sintoniza más con las ideas de Balladur y del socialista Lionel Jospin que con las del favorito Chirac, publicó ayer en portada una información sobre una plusvalía de 1,5 millones de francos obtenida en 1993 por Bernadette Chirac, esposa del candidato, gracias a la venta de un terreno heredado de su familia.

La pílusvalía era conocida desde que Chirac hizo pública su declaración de impuestos, pero Le Monde dio a conocer todos los detalles de la operación y, en un curioso comentario, en el que admitía que no había nada de ilegal en el negocio, se quejó de la "indulgencia" con que la opinión pública trataba a Chirac y de la dureza con que juzgaba las operaciones bursátiles de Balladur con la empresa GSI.

"Cuando un diario serio utiliza la declaración de impuestos de Chirac para sembrar una duda sobre las condiciones de adquisición de una plusvalía, es legítimo experimentar una cierta inquietud sobre las causas que han hecho posible una tal normalización del ataque contra el honor de las personas", decía ayer el diario conservador Le Figaro.

Alain Juppé, ministro de Exteriores y lugarteniente de Chirac, declaró al propio Le Monde que el ataque contra "la familia de la esposa" del candidato constituía "una vileza". Y desde el bando chiraquista se señaló a Nicolas Sarkozy, ministro del Presupuesto (Hacienda) y portavoz de Balladur, como fuente de la interesada filtración.

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Sarkozy reaccionó calificando de "infamante e inadmisible" que se le acusara de ceder información sobre un contribuyente. Y contraatacó: "Yo no he acusado a nadie de estar en el origen de los golpes bajos contra Balladur", dijo, refiriéndose al caso GSI, utilizado para poner en duda la integridad de Balladur.

El martillo del rumor

Aunque tanto Chirac como Balladur procuran quedar al margen y no implicarse personalmente en la guerra sucia, las dos candidaturas gaullistas utilizan con profusión el rumor difamatorio. Los balladuristas difunden discretamente a la prensa informaciones sobre la supuesta implicación de Chirac en la financiación ilegal del partido gaullista, la Reagrupación Para la República (RPR), actualmente bajo investigación judicial. Y los chiraquistas, hacen lo mismo, pero señalando que será el balladurista Charles Pasqua quien acabe viéndose ante los jueces.

Balladur y su ministro del Interior, Charles Pasqua, se indignaron ayer ante una información del semanario L'Express -que ha sido demandado por el Gobierno argelino, al que aludía como intermediario- en la que se afirmaba que Francia vendió hace unos meses un cargamento de armas a Irán, violando el bloqueo internacional, a cambio de que no hubiera atentados durante el juicio en París contra los supuestos asesinos del ex primer ministro del sha, Chapur Bajtiar. "Totalmente falso y muy perjudicial para los intereses internacionales de Francia", clamó Pasqua, quien pidió a la fiscalía que se querellara contra el semanario. "Es un nuevo intento de desestabilizar la candidatura de Balladur por medios impropios de una democracia", dijo un portavoz balladurista.

El sociólogo Alain Touraine afirmaba ayer en Le Figaro que el sistema político francés estaba en una descomposición tan avanzada como la del sistema italiano". El jurista Georges Vedel, ex miembro del Consejo Constitucional, calificó a su vez de "absolutamente inadmisible" la publicación de los patrimonios personales de los políticos y la especulación periodística sobre los mismos, y señaló que tales maniobras conducían "al populismo en todo su horror".

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