El Rayo cae por su escasa ambición

El Sporting se llevó la eliminatoria. El conjunto de Carlos García Cuervo utilizó sólo 45 minutos y ya está en semifinales de la Copa de Rey. Ahora tendrá que volver a pensar en la Liga, cuya. permanencia pende de un hilo. El Rayo, mientras, a buscar su ascenso a Primera. Una pena, porque estuvo cerca de alcanzar la gloria. Su técnico, Paquito, sabrá el porqué de la oportunidad que desperdició ayer en Vallecas. Él sabrá por qué Onésimo no estaba ni siquiera en el banquillo. Dejar de lado un trofeo para un equipo como el Rayo es despreciar al fútbol y a una afición, aunque tampoco a ésta pareció ayer interesarle mucho lo que se cocía en Vallecas.Durante los primeros 20 minutos, el conjunto vallecano sí quisó ganar, y lo intentó. Puso cerco a la portería de Ramón y la mala puntería de sus jugadores evitó la recompensa. Pero la Copa es un torneo duro, un episodio que dura 90 minutos; no vale la relajación. Además, es necesario contar con todos los efectivos. Pero Paquito se olvidó de Onésimo, un jugador que dicen que se regatea a sí mismo pero que es capaz de resolver un partido. El técnico no lo tuvo en cuenta.Ante las acometidas del Rayo en ese tramo del partido, el Sporting, con más oficio, esperaba. Carlos García Cuervo, que sigue imbatido tras hacerse cargo del Sporting en sustitución de García Remón, sí sabe lo que dura un partido copero. No tenía prisa. Sus jugadores, tampoco. Hasta el minuto 21 no llegó el primer disparo a puerta. Pero el dominio ya no era del Rayo.Poco a poco, el Sporting empezaba a estirarse. Sus ataques eran más fluidos, aunque no llevaran demasiado peligro. Sólo un disparo del. ex madridista Velasco cuando sonaban las campanas de la primera parte llamó la atención del guardameta Rodri.

El panorama que se intuía al final del primer periodo se hizo realidad en el segundo. El Sporting ya era consciente en ese momento de que sólo disponía de 45 minutos para superar la eliminatoria. Entre los minutos 49 y 55, Andersen, Hugo Pérez y otro ex madridista, Morales, estuvieron a punto de batir al meta rayista.

Sólo era el preámbulo del gol gijonés, que llegó en el minuto 66. Un saque de esquina ejecutado por Tomás fue cabeceado en el segundo palo por Raúl, libre de marca ante el despiste de toda la defensa rayista, incluido el portero. A partir de ese instante, el Sporting retocó sus líneas y esperó atrás. Sólo Morales, y después Pier, su sustituto, pisaban la línea del centro del campo.

A raíz del gol, el Rayo se volcó, pero carecía del jugador capaz de desequilibrar la eliminatoria. Tampoco estaba en el banquillo. La próxima jornada estará en el equipo titular, seguro. Lo que interesa es él ascenso a Primera, no la Copa.

Los dirigentes rayistas saben que llegar a cuartos final ya es una hazaña, y Paquito es consciente de que las cuentas que tendrá que rendir al final de temporada serán si el Rayo visitará el próximo año el Bernabéu y el Camp Nou.