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IU asume que tendrá que gobernar con los socialistas en mas de media España

RODOLFO SERRANO Izquierda Unida tiene asumido que "tendrá" que llegar a acuerdos de gobierno poselectorales con el PSOE en "más de media España" si se quiere que la derecha no termine en el poder. Los pactos se producirán, fundamentalmente, en los ayuntamientos. Y podrá darse la circunstancia de que éstos se hagan contra la decisión que se tome en el ámbito autonómico, Andalucía, por ejemplo, puede ser un buen ejemplo de cómo se llega a acuerdos en determinadas ciudades, mientras se mantiene una feroz oposición en la comunidad. En Madrid ya se ha conseguido un pacto de gobierno entre IU y PSOE.

Quienes propugnan la vía de entendimiento con los socialistas piden a cambio algún gesto al Gobierno central que compense el precio político de esta iniciativa. En la estrategia electoral de IU se incluye el silencio. No se adelantará la postura que la coalición vaya a adoptar tras las elecciones, pero, a grandes rasgos, la coalición que lidera Julio Anguita tiene ya dibujado y asumido el mapa que quedará tras los comicios del 28 de mayo. En las reuniones que han mantenido los coordinadores generales de cada federación, bajo la presidencia de Julio Anguita -la última el pasado 6 de marzo-, se ha perfilado casi definitivamente la estrategia de esta coalición en materia de alianzas poselectorales.La primera constatación de los coordinadores es que va a ser muy difícil negarse a llegar a acuerdos con el PSOE, sobre todo en niveles locales, si lo que se quiere es frenar a la derecha. Así que la política oficial será la de mantener la boca cerrada hasta el día después, pero cada uno de los coordinadores tiene ya decidido lo que hará en sus circunscripciones. Y lo que hagan, en algunos casos, va a depender de la correlación de fuerzas entre renovadores y bolcheviques.

Los primeros defienden la necesidad de establecer alianzas (le Gobierno donde sea posible, formando parte incluso del ejecutivo, y los segundos se muestran reacios a una política de este tipo.

En algunos casos, como en Andalucía, donde Luis Carlos Rejón mantiene la negativa al pacto, se dará la contradicción de que en las principales ciudades puede llegarse a gobiernos mixtos, mientras en el Parlamento autónomo se practica una oposición feroz. En Córdoba todo depende del candidato. Herminio Trigo gobernaría sin problemas, pero su exclusión podría dar el triunfo al PP. En Málaga, IU y PSOE están condenados a entenderse, al igual que en Sevilla y Cádiz.

En Asturias no parece posible un pacto en el gobierno autónomo, pero sí se puede llegar a gobiernos locales con socialistas e Izquierda Unida. En Cantabria, sin embargo, no tiene por qué haber problemas. En otros ámbitos el pacto de gobierno será imposible, sencillamente porque el triunfo caerá en manos del PP, como en el caso de Castilla y León. Pero sí se puede llegar a-, gobiernos unidos en Valladolid, por ejemplo. Y si no se llega a formar gobierno, sí puede repetirse lo que ya sucediera en la legislatura anterior: apoyo en la investidura y paso a oposición. Lo mismo puede decirse de la Comunidad Valenciana.

En Aragón la situación es mucho más complicada por las peculiaridades del PSOE en la región (caso de José Marco). Y en Extremadura y Canarias bajo ninguna circunstancia parece posible llegar a entendimiento entre las dos fuerzas. En Castilla-La Mancha habrá pacto y pueden darse en las principales ciudades.

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En Madrid el pacto ha sido, incluso, explicitado entre el candidato de IU, Ángel Pérez, y el secretario general de la FSM, Jaime Lissavetzky, para impedir que gobiernen en la comunidad los populares. Ambos dirigentes han suscrito un texto en el que se recogen los principios de una política de izquierdas, con referencia a la situación industrial de la región.

Quien es en IU han defendido aceptar los pactos de gobierno con los socialistas saben que estos pueden tener un coste político. Dos son las grandes condiciones exigidas para compensar este coste: que se gobierne en torno a un programa común y que desde el Gobierno central se haga "algún gesto" que permita justificar la política de alianzas. Gestos que se moverían en torno a reforma laboral, derechos sociales (aborto), escándalos (Roldán), etcétera.

Frenar a la derecha

La posibilidad de pactos de gobierno tras las. elecciones del 28 de mayo, tanto en los ayuntamientos como en las comunidades, ha sido debatida tanto en IU como en el PSOE. Ambas formaciones o, al menos, un sector cualificado de las mismas defienden que la única forma de frenar el avance de la derecha sería la de unir esfuerzos para conseguir gobiernos de izquierdas.El comité federal del PSOE aprobó recientemente el apoyo a las candidaturas de IU en aquellas circunscripciones en las que para gobernar necesitará de los votos socialistas.

En Izquierda Unida sigue habiendo un escollo para cualquier acuerdo postelectoral con los socialistas: cómo compaginar los pactos de IU y PSOE en ayuntamientos y autonomías con los que Felipe González mantiene con Jordi Pujol.

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