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La cadena británica ITV 'matará' en otoño a los muñecos de 'Spitting image'

Fueron el terror de Margaret Thatcher, pero los largos años de Gobierno conservador en el Reino Unido han brindado escasa oportunidad de renovación a los guionistas de Spitting image. Los satíricos muñecos de látex, de 60 centímetros de altura y sin piernas, acabarán su andadura el próximo otoño. Después de casi 11 años en pantalla, la dirección de la cadena de televisión privada ITV ha decidido prescindir de un programa que se había vuelto, en opinión de varios críticos de televisión, demasiado previsible y sin gancho.

El declive de unos muñecos que crearon escuela, hasta el punto de ser imitados en otras televisiones europeas, se ha visto reflejado en los índices de audiencia. Tras batir todos los récords, con 15 millones de telespectadores cuando Spitting apareció en pantalla por primera vez en 1984, el programa, confinado a un horario difícil la noche del domingo, bajó a menos de la mitad al comienzo de los años noventa.Para muchos, el fin de Spitting image será un motivo de alivio. Por ejemplo, para Norma Major, harta de ver a su esposo, John, convertido en un muñeco de color gris, condenado de vez en cuando a improvisar encuestas callejeras para saber si debe irse o quedarse. Tampoco en Buckingham Palace habrá duelo por la desaparición de un programa que alcanzó alguno de sus mejores momentos vapuleando a la Casa de Windsor.

Los muñecos, fabricados en una antigua nave de plátanos en los Docklans londinenses, son, en realidad, una especie de marionetas accionadas por actores. Una mano mueve las, normalmente, inmensas fauces del personaje; la otra, los brazos. Pese a larga tradición humorística británica, los personajes de látex creados por Peter Fluck y Roger Law fueron una auténtica revolución televisiva. Nunca antes se había visto a la reina madre aparecer en pantalla pronunciando un cómico inglés cockney o a la princesa Margarita desplazarse por un escenario arrastrando una botella de whisky.

Los tiempos han cambiado y Spitting image ha sido superado por la realidad. Es difícil para cualquier autor de guiones llegar más lejos en su sátira de la familia real británica que los propios informativos. Y puestos a criticar, John Major ha dado menos juego que la dama de hierro. Pese a la incorporación de nuevos muñecos al elenco clásico, lo cierto es que Spitting image había perdido en los últimos años la capacidad de sorprender. Están lejos los tiempos en los que los guionistas se atrevieron a realizar una réplica de Jesucristo. Y lejos también los tiempos en los que la cita con Spitting en torno al televisor era una liturgia nacional. Lo cierto es que el tiempo ha hecho mella incluso en el látex. No lo creen así en Central Television, los productores del programa, pero los directivos de ITV estaban ansiosos por dar carpetazo a los monigotes.

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