El Barcelona agota a sabonis

El Barcelona venció por agotamiento al Madrid. El de Sabonis. Mientras el lituano mantuvo el resuello, el Madrid aguantó el tipo a duras penas. Cuando al pívot madridista le comenzaron a fallar las piernas y los pulmones, el debate se dio por concluido con un claro triunfo azulgrana No es la primera vez que grandes números de Sabonis (41 puntos y 15 rebotes) no se corresponden con el éxito colectivo. Y es que no se debe olvidar nunca que el baloncesto es un juego de equipo, y el Madrid no aprobó esta asignatura. Más intensos, frescos y certeros, los jugadores barcelonistas dejaron que Sabonis engordase sus estadísticas y se dedicaron a tapar otros posibles agujeros. Lo hicieron tan bien que el Madrid quedó reducido únicamente a su estrella. Con el transcurrir de los minutos Sabonis perdió intensidad hasta acabar oscurecido. El Barcelona llegaba al palacio instalado en la cima liguera, pero severamente juzgado por sus dos fracasos en Liga Eeuropea y Copa del Rey. Hasta ahora ha mostrado una gran fachada, pero ésta se ha derrumbado siempre que se ha topado con una situación límite. Su poder se basa en el esfuerzo colectivo, pero se echa en falta un jugador diferencial que lo convierta en un gran equipo. Con Epi medio retirado y una buena tripleta de norteamericanos pero ninguno de ellos con la etiqueta de fuera de serie, sus triunfos son producto del sudor más que de la elegancia. Esta vez fue suficiente, pues añadieron a su empeño una buena dosis de inteligencia al no preocuparse por lo que podía estar haciendo Sabonis y dedicarse a otras tareas. Por ejemplo, reducir el juego exterior blanco.El Madrid sufre últimamente un ataque agudo de amnesia periféríca. Son las posibles desventajas de poseer un portentoso pívot como Sabonis y un acompañante resolutivo como Arlaukas, aunque esta vez el norteamerícano no tuviese un buen día, tanto por sus problemas físicos como por el buen marcaje de Middleton. A base de buscarles, sus compañeros se han olvidado de desarrollar sus propias opciones. Renqueante Biriukov y más voluntarioso que acertado Henry, el resto se muestran excesivamente improductivos frente a la canasta. El Barcelona se aprovechó y, no contento con esto, dinamitó psicológicamente a los directores de juego del Madrid.

En esta tesitura, el partido fue desde su comienzo un duelo casi exclusivo entre Sabonis y el Barça. Todos los avatares del encuentro tuvieron que ver directamente con lo que hacía o no podía hacer el pívot madridista. Comienzo espectacular de Sabas, 13-2 para el Madrid. Toma aire el lituano, 13-13. Se va al banquillo un ratito, Diez desquicia a Antúnez, y 24-34 para los azulgrana. Vuelve Sabonis para completar una sensacional primera parte de 26 puntos (38-42 al descanso). Sabonis no anota en el comienzo de la segunda parte (43-53 para el Barcelona), Se vuelve a calentar, 63-64. Ésta resulta la última carga del gigante. Agotado, ve cómo el Barcelona decide el partido con la resurrección de Fisher y la constante brega del eficaz Middleton (67-77, m. 35). La presión desesperada del Madrid no arregla nada.