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Entrevista:VICTOR PUERTONOVILLERO, PRIMERO DEL ESCALAFÓN

"La afición taurina madrileña es santa"

El joven novillero madrileño Victor Puerto, de 21 años, cumplió en la pasada campaña de 1994 con uno de sus sueños: terminar como número uno del escalafón, algo que llevaba intentando desde hacía tres años y que no logré por sufrir varios percances. Tras una breve y triunfal temporada en América, el coletudo se prepara intensamente para la alternativa, prevista en la Feria de Abril, de Sevilla, y para confirmarla, un mes después en la cátedra venteña, "con mucha diferencia, la más importante del mundo", piropea. Puerto, con sangre manchega en sus venas y sobrino del matador Antonio Sánchez Puerto -precisamente uno de los favoritos de Madrid-, sobresale fuera de los ruedos por su simpatía y sentido del humor, "para compensar el miedo que paso en la plaza". Aunque afirma que es sincero y serio cuando dirige sus loas a la plaza y afición de su tierra.Pregunta. ¿Ser el número uno es ser el mejor?

Respuesta. Ojalá, sólo significa ser el que más ha actuado, pero da nombre y te permite entrar ya en la historia. Aunque tampoco es ser el peor, ¿eh? Simplemente, de los mejorcillos.

P. ¿Cuál es las razón de sus piropos a Las Ventas?

R. La fundamental es que el triunfo aquí es el único que te lanza, te da contratos y ya algunos empresarios no se atreven a pedirte dinero para que actúes en sus plazas. Es así porque salen los toros y novillos más grandes y astifinos, demasiado para el que se pone delante, y el público asiste cada año a setenta festejos, por lo que es el más entendido. No obstante, es una afición santa, porque se vuelca en apoyo de los novilleros como ninguna otra.

P. Pues las figuras se quejan de su dureza.

R. Porque con ellas es muy exigente, como debe ser.

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P. Sin embargo, usted no ha llegado a triunfar aquí.

R. Claro, por lo que decía del tamaño de los novillos y sus pitones. Bueno, es broma. Porque, aunque no salí por la puerta grande, he cortado orejas y he dado varias vueltas al ruedo. Tampoco conviene abrir el tarro de las esencias el primer día.

P. Usted presume de no haber pagado nunca por torear, algo casi milagroso, ¿no?

R. El mayor milagro de la historia de la tauromaquia, porque los ponedores juegan con ventaja y es una competencia ilícita. Aunque yo los comprendo. Quizás yo también lo habría hecho.

P. Para ganar dinero, ¿qué es preferible, la línea clásica o la de Jesulín?

R. Para las pelas, la de Jesulín. La clásica vale de poco, salvo en Las Ventas y muy pocas plazas más.

P. Torero y simpático, se llevará a las mujeres de calle, ¿no?

R. Ni de calle ni de na. Ellas sí que se mueven por dinero, al menos las fans de Jesulín, porque yo soy más simpático, más guapo y con más cartel y triunfos en Madrid que él, pero no tengo sus millones y no me como una rosca.

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