Suker, rebelde sin causa
El croata, acusado de irrespetuoso por el Sevilla
"El Sevilla descubrió a Suker y lo ha lanzado. Eso se le ha olvidado". Es uno de los muchos reproches que Luis Cuervas, presidente del Sevilla, tiene que hacerle a uno de los mejores jugadores que ha parido el fútbol yugoslavo. Suker, voluntariamente, accedió a renovar su contrato con el equipo andaluz la pasada temporada. El Sevilla le ofreció mucho dinero, más quizá del que podían permitirse las arcas del club: casi cuatro millones de dólares por quedarse hasta el 30 de junio de 1988.Un buen día -magnífico para Suker-, el delantero mejor pagado de la historia del club andaluz sacudió los cimientos del calcio mientras su equipo peleaba por un empate en Anoeta. Suker se las arregló para hacer dos goles a la selección italiana, exhibiéndose con la flamante elástica croata. Regresó a Sevilla con los tímpanos embriagados de cantos de sirena. Italia entera quería a Suker, el verdugo.
Ahí empezó todo. Davor Suker, de 26 años, se encargó de airear las ofertas tentadoras de Italia, de Alemania, de Inglaterra, recordando de paso la ofensiva madridista del último verano y los vientos que Cruyff bebía. El mismo se encarga de promocionarse: "Me muero por jugar la Liga de Campeones", declaró como prólogo a una visita que concertó Franz Beckenbauer, presidente del Bayern de Múnich, con Luis Cuervas. El epílogo fue duro: "Cuervas ha roto mi futuro. Puso unas condiciones imposibles para el Bayern".
La rebeldía de Suker no tiene causa justificada. De esta opinión son todos sus compañeros, el cuerpo técnico y la directiva. Y muchos señalan la actitud del delantero como "causa de los males que atraviesa el Sevilla". Cuervas, el primero. Para el presidente, el granizo de insultos que aguantó el último domingo de febrero en el Sánchez Pizjuán tiene mucho que ver con "la predisposición con que los aficionados llegaron al estadio. Iban a censurar a Suker".
No hay duda de que Suker está hecho de una pasta especial. Es un fuera de serie. Pero no ha conseguido desprenderse de su fama de pesetero y futbolista de escaparate. La directiva piensa que una multa es la mejor coacción que puede disuadirle para que "cierre el pico". De hecho, desde que lo sabe está mudo.
Pero Suker es, sobre todo, muy listo. Con sus últimas declaraciones, en las que aconsejaba su traspaso para que el Sevilla ganara liquidez y así poder fichar "a cinco buenos futbolistas", ha conseguido dividir al consejo. Crecen los partidarios de estudiar ofertas. Suker tiene precio -por supuesto por debajo de los abracadabrantes 1.500 millones que fija su cláusula de rescisión-. Como precio tuvieron Zamorano y Simeone, a pesar de ser declarados "intransferibles".
Es tan listo que desde el primer día se ocupó de saber a quiénes había que brindar los goles. En su debú, un miércoles copero frente al Español (4- l), recorrió 100 metros para dedicar su primer gol como sevillista a la Peña Biri-Biri, el grupo de aficionados más influyentes del Sevilla. Hizo dos goles más esa noche, emborranchando de éxito a una afición que enterró al añorado Toni Polster con aquella revelación de 23 años rescatada de los bombardeos sobre Osijek.
Ahora aguarda en silencio la instrucción de un expediente disciplinario por faltar al respeto a la entidad que le paga. Sale del vestuario serio. Busca con la mirada al manager general del club, Rosendo Cabezas, su descubridor. Rosendo fue a Zagreb, en 1989, persiguiendo a Prosinecki y se quedó prendado de dos futbolistas "alucinantes": Boban y Suker. Antes de subir a su rutilante Mercedes escarlata, Suker inquiere con la mirada:
-Rosendo, ¿hay algo?
-Nada.
El hombre de los siete millones de dólares
Suker está en venta. Su precio, siete millones de dólares (unos 900 millones de pesetas). El Sevilla aceptará negociar con cualquiera que acepte partir de esta cantidad. Hasta ahora, la. única oferta firme que ha recibido llegó desde Múnich. Beckenbauer se plantó en 4,5 millones de dólares. Cuervas no negoció.El Sevilla tuvo que dejar salir a Simeone, entre otras cosas para poder mantener a Suker. Pero ahora que el croata se ha ocupado de forzar la apertura de la subasta, el Sevilla teme que el expediente disciplinario que se le abrió el viernes -y que desembocará en una multa- ensucie su hoja de servicios, reduciendo su cotización. El vicepresidente y portavoz del consejo de administración de la entidad, José María del Nido, no lo piensa así: "Ese expediente no declara polémico al futbolista, entre otras cosas porque Suker no es conflictivo. Lo que ocurre es que a veces hay que sancionar actitudes como la suya".
Suker sabe que hay muy pocos equipos dispuestos a pagar siete millones dé dólares. Por eso echa mano de tretas para rebajar la cifra. No quiere ver cómo se marchan los emisarios de un club sin su contrato. Un detalle: le quema la sangre ver a Kostadinov vistiendo la camiseta del Bayern los miércoles europeos.
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