El perro ladró una vez
Van Hanegem, entrenador del Feyenoord, teme al Zaragoza y deplora jugar mal
M. VAN ZAANEN. Testarudo. Voluntarioso. Individualista. En el campo y fuera de él. Durante 20 años cómo jugador y los últimos tres como técnico del Feyenoord, rival del Zaragoza manana en la Itecopa. Wim van Hanegem es una de las leyendas del fútbol holandés: 52 veces internacional, subcampeón mundial en el 74 con Cruyff y Neeskens, campeón de la Copa de Europa y de la Intercontinental con el Feyenoord en 1970. Siempre voluntarioso. Siempre individualista. Y siempre mostrando una técnica excelente. Igual hoy día en el campo de entrenamiento con su equipo. Tan genial a veces que ni los jugadores le entienden. A veces tan inimitable que la directiva no sabe qué decir. Conflictivo con todos y consigo mismo. Siempre fue así. También como jugador. Como el día en que el Madrid quiso ficharle en los años 70. Van Hanegem, el número 10 del Feyenoord, dudó. ¿Irse o quedarse? No sabía qué hacer y dejó que su perro decidiera. Si ladraba dos veces significaba que se tendría que marchar. El perro ladró una vez.
Es su carácter. Impredecible. Y ser técnico del Feyenoord no lo cambió. Sigue siendo igual: los resultados no significan nada, él prefiere un buen partido de fútbol. Van Hanegem es un técnico con corazón de jugador. Si se hubiera ido al Madrid sabría más del fútbol español. La semana pasada, sentado en el restaurante del Feyenoord después del entrenamiento, se queda con la mirada perdida. "Realmente no sé mucho del fútbol español" confiesa a EL PAÍS. "En la televisión holandesa ponen bastante fútbol de España, pero sólo las buenas jugadas y los goles. Es difícil formarse una opinión sin ver partidos enteros".
Pregunta. ¿Cómo reaccionó cuando supo que al Feyenoord le había tocado el Zaragoza?
Respuesta. Sinceramente, no me gustó. Yo prefería al Arsenal o al Chelsea. He ido a ver al Zaragoza un par de veces y he mirado unos cuantos vídeos. Es un equipo muy bueno, técnica y físicamente. Y tiene atacantes peligrosos, Esnáider e Higuera. No me importa que el Zaragoza esté perdiendo últimamente muchos partidos. El equipo tiene calidad en defensa y en ataque. Eso es lo que vale.
P. Usted ha dicho que no se siente entrenador. ¿Cómo entonces?
R. Yo me considero más un espectador. Es lo que soy. Todavía pienso como jugador. Cuando el Feyenoord juega mal no me siento contento. No me gusta. Yo quiero ver el fútbol como debe ser: ofensivo, atractivo, con lucha, con pasión. Eso es para mí más importante que el resultado. Mi ideal es sentarme en el banquillo tranquilo para disfrutar del juego. Desgraciadamente eso no ocurre muchas veces.
P. Pero en Europa sólo hay una ley: ganar...
R. Por supuesto. Si nos clasificamos para las semifinales jugando mal, a base de suerte, seré feliz pero no estaré contento. ¿Me entiende? Para mí es importante que la gente vea un buen partido y se vuelva a casa contenta. Soy consciente de la importancia de clasificarse, pero no estoy obsesionado. El dinero sí es importante. Y ganar significa dinero, pero yo quiero que mi equipo juegue bien, con alma.
P. El Feyenoord eliminó al Werder Bremen en dos partidos excelentes. Después no ha vuelto a alcanzar ese nivel.
R. Sí y no sé por qué. El primer partido lo ganamos 10 y yo me quedé más contento con el juego que con el resultado. En Bremen jugamos mejor todavía y ganamos 4-1 Fue nuestro mejor partido de la temporada. Si supiera por qué, yo sería el mejor técnico del mundo. No lo soy. Entonces, bla, bla, bla...
P. Puede que el Feyenoord sólo sea bueno en los partidos de Copa...
R. No creo que sea tan fácil. El hecho es que ahora estamos jugando por debajo de nuestro nivel. Sería fantástico repetir el trabajo que le hicimos al Werder. Nos podemos clasificar para semifinales, pero sólo cuando todos los jugadores del Feyenoord jueguen a su mejor nivel y todos los del Zaragoza dos veces por debajo del suyo. Voy a trabajar por lo primero y a rezar por lo segundo.
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