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LIGA DE CAMPEONES

El PSG desarticula al Barça

Los azulgrana dieron por bueno el empate ante la consistencia del campeón francés

Ramon Besa

El equipo estrella de París, la ciudad de la luz, dejó ayer al Barça a oscuras en el Camp Nou. El empate no fue la peor de las noticias para el grupo de Cruyff. Resultó incluso un resultado benigno de acuerdo con el fútbol exhibido en el escaparate azulgrana. La hinchada regresó al hogar con la sensación de que el contrario tiene mejor equipo y que el liberiano Weah resulta, hoy por hoy, el futbolista desequilibrante de la contienda. El marcador, sin embargo, deja al Barcelona un margen para agarrarse al partido de vuelta.Jugó siempre el equipo azulgrana sabiendo que el viaje no se acababa esta vez en la ida. Evitó el suicidio frente a un contrario que tuvo un control del juego imponente. El Paris Saint-Germain desarticuló al Barça. Le hizo una vasectomía. Le cortó cualquier vía de fecundidad. No pisó ni el área. Le dio sólo cinco minutos de vida. El tiempo que tardó Weah en enmendar el error de Lama. El portero se tragó un gol que desempolvó en la tribuna aquella frase de Di Stéfano dirigida a un guardameta: "¡Oiga, la pelota que vaya dentro, pues déjela; pero la que vaya fuera, por favor, no me la meta dentro!".

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El jolgorio duró lo que tardó Weah en sacar de centro. El liberiano agarró el cuero en la esquina del flanco derecho del área, le rompió el espinazo a Koeman y disparó cruzado al palo contrario. La jugada de gol se saldó en córner. Repitió el ariete en la acción posterior: nueva recepción, un quiebro a Ferrer y el anuncio el empate. Falta que saca Valdo y, como estaba escrito en todos los apuntes -"el PSG decide en las acciones a balón parado-, cabezazo impecable de Weah. No hubo más munición. El partido recuperó su tono inicial. Visto que no había forma de desgarrar al contrario, no le quedaba otra alternativa al Barcelona que sobrevivir con paciencia.

El grupo de Cruyff comenzó el partido hasta cinco veces. Empezó con tres atrás (Ferrer-KoemanSergi), dos extremos para abrir al campo (Korneiev-Stoichkov), un 9 falso (Txiki) y cuatro recogepelotas en la divisoria: José Mari, Bakero, Iván y Guardiola. Pep. quedó desubicado como 8. Cogió la manija José María y el equipo trotaba. Había mucha recuperación, poca negociación y menos conducción. La lesión de Guardiola cambié el dibujo. Salió Amor y el colectivo quedó mejor plantado, de acuerdo con lo escrito en la pizarra, y también más desnudo futbolísticamente. El PSG aisló a Koeman abajo y a Stoichkov arriba y se fundieron los fusibles. Encarcelado, el holandés no pudo tirar ni una diagonal y tuvo que aguantar hasta cuatro uno contra uno con Weah mientras a Stoichkov no le dieron una sola bala. Ni cambiando las demarcaciones encontró oxígeno el equipo. Estaba partido por la mitad y, desarticulado el búlgaro, ya no le quedan a Cruyff futbolistas como Romario o Laudrup para hacer un gesto técnico que desequilibre una contienda enrevesada tácticamente como fue la de ayer.

Estuvo más solvente el Barça en defensa que en ataque. Mal asunto para un equipo ofensivo. El primer remate a portería tardó 23 minutos y llegó desde 30 metros (Bakero). No tiró nunca el equipo de cerca. No se arrimó.

Hubo mucho robo de balón, y poco toque. No consiguió generar espacios para el último pase ni crear jugadas sorpresa. La única llegada de Txiki fue sancionada con un fuera de juego inexistente por un juez de línea que se convirtió en el mejor lateral zurdo del PSG en el primer tiempo.

El partido llevó apellido francés. El método del Paris Saint-Germain obligó a los futbolistas a identificarse y ahí dejó desnudo al Barça. El grupo de Cruyff estuvo en ayunas, como exigía el miércoles de ceniza, y el PSG se montó La grand bouffe, pero no supo reventar.

Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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