Buscando dinero desesperadamente
Las jugadoras ceden parte de sus premios para financiar el circuito de la WTA
Esta va a ser una temporada de traspaso para el circuito femenino de tenis. Cuando el pasado mes de noviembre el Masters concluyó, acabó también la aportación económica del último patrocinador del WTA Tour, Virginia Slim's. Kraft General Foods se había retirado el año anterior.Como consecuencia, el circuito femenino se quedó sin una importante aportación de dinero. Y sus dirigentes tuvieron que establecer un plan de choque que permitiera la supervivencia. Pidieron dinero a sus socios, la Federación Internacional de Tenis (ITF), exigieron una aportación muy importante de los torneos y se quedaron con una pequeña parte de los premios destinados a las jugadoras. Queriéndolo o sin querer, las jugadoras han hecho también su aportación y cobrarán menos que el año pasado.
Tomando como ejemplo el torneo femenino de Barcelona, las jugadoras se repartirán este año 8.000 dólares, alrededor de un millón de pesetas menos que en 1994. Por ganar el torneo, Arantxa Sánchez, campeona en 1994, percibiría 1.000 dólares menos (130.000 pesetas). En la última edición cobró 80.000 (10 millones de pesetas) y este año se quedaría con 79.000, antes de la retención del 15% de impuestos -25% para las extranjeras-. Parece una cifra irrisoria, pero no lo es teniendo en cuenta que la dotación del torneo es 18.000 dólares (2,3 millones de pesetas) mayor que el año pasado -ahora está en 438.000- y que el número de participantes ha descendido de 32 a 28.
Subida de los costes
"Los costes del torneo han subido en picado", comenta Jordi Amilibia, director de la competición. "Es evidente que el circuito femenino está viviendo una situación delicada por la falta de patrocinadores. Y mientras no se encuentren, estas medidas lo aguantarán,". Amilibia añade que no es fácil encontrar un patrocinador. "Las mejores agencias mundiales están trabajando en ello desde hace varios meses y no lo han logrado. Tal vez faltan estrellas como las que hubo en el pasado, capaces de arrastrar a las masas".
Hace 10 días, la cúpula dirigente del WTA Tour desestimó una oferta de la empresa de tampones Tampax por la que percibiría 1.300 millones de pesetas por tres años. El problema fue que los patrocinadores de los torneos se negaron a anunciarse junto a un producto tan íntimo para la mujer. No quisieron poner en peligro la columna fundamental de toda su estructura, los torneos, que aportan los 35 millones de dólares (4.550 millones de pesetas) que anualmente se reparten en premios.
Aquella fue la única oferta. Por tanto, la situación sigue siendo la misma que al principio de temporada. El WTA Tour ha obligado a los torneos a pagar alrededor del 50% más por inscribirse en el circuito femenino. Volviendo a la referencia del torneo de Barcelona, uno de los más grandes de Europa, de los 56,9 millones de pesetas de dotación, 9,6 millones irán a parar directamente a las arcas del WTA Tour. 1,5 de ellos debieron pagarse en octubre del año pasado. 1 millón -la aportación de las jugadoras- se ingresará dos meses antes del torneo. Y 7 millones, siete días antes del inicio de la competición.
El de Barcelona es un torneo de Tier II, superado sólo por los de Tier I, cuyas dotaciones están por encima de los 78 millones de pesetas. En este caso, la aportación al WTA Tour asciende a 18 millones de pesetas. Y las jugadoras ceden 1,95 millones, que es la reducción que sufrirán sus premios.
Los premios no aumentan
Desde 1993 la cifra de los premios -35 millones de dólares- ha crecido en dos millones. Estos premios se reparten entre 60 torneos pertenecientes a 21 países. El funcionamiento burocrático del circuito y de la WTA Tour Board cuesta 585 millones de pesetas. Todo este dinero sale actualmente de la aportación de los torneos, las jugadoras de la WTA, de la Federación Internacional (ITF), y también de la venta de derechos de televisión.
La ITF aportó el año pasado alrededor de 32,5 millones de pesetas. Y esta temporada tiene previsto pagar 39, lo que le da derecho al 5% del circuito, en ganancias o pérdidas. A cambio, la VVTA se compromete a proteger la Copa Federación, impidiendo que las jugadoras puedan disputar exhibiciones durante las mismas fechas. Los derechos de televisión suponen un ingreso que oscila entre los 650 y los 1.000 millones de pesetas anuales. TVE pagó 260 millones por los derechos de transmisión de 46 torneos -masculinos y femeninos- durante dos años. Pero una parte de estos beneficios re vierte en los torneos -Barcelona cobró 2 millones de pesetas el ano pasado.
"La financiación de este año está asegurada", confirman fuentes de la cúpula del WTA Tour. "Sin embargo, si no encontramos un patrocinador el año que viene podemos tener problemas".
Muchos dólares, pero mal repartidos
En el circuito femenino se produce un fenómeno que no se da en el masculino. Muy pocas jugadoras se reparten la mayor parte del pastel de los premios. Los triunfos se concentran en muy pocas manos. Y el dinero también. Prueba de ello es el hecho de que entre la tercera jugadora de la clasificación de ganancias, Steffi Graf, y la cuarta, Jana Novotna, se produjo al final de 1994 una diferencia de 600.000 dólares (78 millones de pesetas). Y entre la primera, Arantxa Sánchez, y la quinta, Gabriela Sabatini, la distancia fue de 2,1 millones de dólares. Brutal.Algunas de las jugadoras del circuito femenino se encuentran muy bien situadas en la lista de los atletas mejor pagados del mundo que publica anualmente la revista Forbes. Arantxa ganó en premios 382 millones de pesetas. Sin embargo, no aparece entre los 40 primeros de esta lista, lo que sitúa sus ganancias globales -incluida la publicidad- por debajo de los 600 millones de pesetas. Graf, en cambio, sólo ganó 193,4 millones de pesetas, pero sus ganancias finales fueron de 1.040 millones. Y Gabriela Sabatini sumó 113,6 millones en premios y 637 en total.
En 1994, Graf sólo fue superada en ganancias por dos tenistas: Andre Agassi (1.482 millones) y Pete Sampras (1.378). Ni siquiera su compatriota Boris Becker (910 millones) ganó más que ella.
El impacto de la reducción de premios ni siquiera será apreciado por las grandes jugadoras. Pero las que menos cobran sí lo acusarán.
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