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Los críticos de UGT derrotan a Méndez y le fuerzan a convocar un congreso extraordinario

Los críticos de UGT ganaron ayer el pulso a su secretario general, Cándido Méndez, y le forzaron a convocar un congreso extraordinario para el próximo 29 de abril, en un intento de zanjar la dura crisis surgida a tan sólo 10 meses de la salida de Nicolás Redondo. Méndez salió derrotado en el comité confederal por nueve votos. Obtuvo un respaldo del 61,5% cuando necesitaba el 66% para ratificar la destitución de los tres disidentes de la dirección: José Luis Daza, Gustavo Gardey y Dionisia Muñoz. Estatutariamente, Méndez y su equipo quedaron desautoriza dos y pusieron sus cargos a disposición M comité. El máximo órgano entre congresos resolvió mantener a la ejecutiva en funciones -incluidos los tres disidentes- hasta que se celebre el congreso extraordinario.

Cándido Méndez reconocía anoche que esta crisis ha abierto "heridas difíciles de curar", pero ha dejado claro que cuenta con una mayoría inferior a la que le ratificó como secretario general (75%), pero "mucho más nítida y más sólida". Ese grupo que le respalda le ha pedido -y Méndez ha aceptado- que siga encabezando la organización después del próximo congreso, que prevén ganar de nuevo. Según los estatutos, los congresos se ganan por mayoría simple (51%).Para la destitución de dirigentes, en cambio, son necesarios dos tercios. Y ayer, de los 166 miembros del comité, 102 respaldaron a Méndez, 14 votaron en contra, 49 se abstuvieron y 1 no votó. La reunión era tan crítica para el futuro de UGT que no faltó ni uno solo de los miembros que conforman el comité. Muchos de ellos tomaron la palabra en un debate que fue tranquilo hasta que se conoció el resultado de la votación. Después vino la crispación y el echarse las culpas unos a otros de la guerra sin cuartel abierta en el sindicato.

Los dirigentes del sector crítico, por su parte, coincidieron en responsabilizar a la dirección de este enfrentamiento. Lito, dirigente, del metal, no quiso avanzar anoche si presentará su candidatura en el próximo congreso y aseguró que la crisis del sindicato no se, le puede achacar a su grupo, sino a un congreso que se cerró mal hace un año.

En medios socialistas, la fractura en UGT fue valorada con honda preocupación. Tanto en el PSOE como en el Gobierno se había apostado por consolidar la dirección del sindicato que salió del último congreso.

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