Ricart niega su implicación en el 'caso Alcasser' y denuncia malos tratos
Miguel Ricart, el único detenido por el triple crimen de Alcásser, negó ayer su implicación en ese caso y denunció presiones policiales y malos tratos , según explicó su abogado en esta causa, Vicente Quilis. Ricart, que ha dado ya una decena de versiones sobre los hechos se sentó en el banquillo de la Audiencia de Valencia acusado de dos atracos. Uno de ellos, por el que respondió también ayer Roberto Anglés, no se llegó a cometer. Ricart admitió su participación en otro y pidió perdón al tribunal.
Quilis no defendió a Ricart en el juicio de ayer, pero habló con él "unos minutos", lo justo para que rechazara su participación en los hechos y achacara otras declaraciones' a la presión policial y a los malos tratos en los interrogatorios. El abogado indicó que tal vez solicite el traslado de Ricart, encerrado en la cárcel de Herrera de La Mancha (Ciudad Real), al presidio de Castellón. La instrucción del caso prosigue en Alzira.Ricart entró ayer en la sala de la Audiencia fuertemente custodiado por la policía y la Guardia Civil. Tranquilo, casi relajado, aguantó en el banquillo la lluvia de flashes de los fotógrafos. Junto a él se sentó Roberto Anglés, hermano de Antonio Anglés -buscado por el triple crimen-, con la cara tapada y muy nervioso.
Ricart admitió que en noviembre de 1992 participó, junto a Antonio y Mauricio Anglés, menor de edad, en el atraco a la sucursal de la Caja Rural de Valencia en Buñol, donde consiguieron un botín "que no llegaba al millón" de pesetas. El fiscal afirma que fueron 1.588.000 pesetas.
Mauricio y él llegaron en una moto robada y a amenazaron a los empleados con una pistola y una navaja mientras que Antonio esperó sentado en el coche blanco de Ricart.
Sin embargo, Ricart no reconoció, al contrario que en una declaración anterior, que intentara efectuar un nuevo atraco a la misma sucursal menos de un mes después -a los pocos días del triple crimen-, esta vez con Antonio, y Roberto Anglés. La operación se frustró al aparecer la Guardia Civil, que quiso parar su coche, buscado porque los ocupantes solían sacar gasolina de vehículos estacionados.
"Fuimos a comprar", aseguró Ricart. A Roberto, acusado del robo en grado de conspiración, también lo exculpó. Éste insistió en que a la, hora del supuesto intento estaba durmiendo.
Mauricio Anglés, internado en el centro de menores de Godella, confirmó la versión de Ricart sobre el primer robo y negó la presunta implicación de Roberto en el segundo, sobre el que oyó hablar a Antonio y a Miguel.
El fiscal retiró la acusación de tenencia ilícita de armas contra Ricart y rebajó su petición de pena por el primer robo a seis años. Por el atraco frustrado pidió seis meses para Ricart y tres para Roberto Anglés. Ricart solicitó "perdón" al tribunal. Roberto quiso saber de él si le habían pegado para firmar su implicación. Ricart no le contestó.
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