Los 'retoños' del duende irrumpen este mes en el escenario de la sala Revólver
Llegan al local acompañados de sus padres, pero solitos llenan el escenario. Ellos taconean y a sus papás se les cae la baba. No creen en los Reyes Magos ni en los niños prodigio. Cumplen como colegiales, y aunque van impecables, en esos cuerpecillos, cualquier ropa parece crecedera. Dolores, la madre de Joaquín Gómez Contreras, El Duende, le sigue cepillo en mano por todo el camerino y con la videocámara en cuanto el niño rompe a cantar.
El Kiki, gallego de nueve años, abría el pasado 6 de febrero el mes de los retoños flamencos en la Sala Revólver de Madrid. El Duende, 12 años; Leo Maya, 13, y Joselillo Romero, cante, guitarra y baile, respectivamente, son los pequeños grandes artistas de estos rejuvenecidos lunes flamencos.Los parientes de El Duende son una familia de gitanos catalanes, han vivido de espaldas al arte, pero no del todo, "así es la raza nuestra. A la niña, Pepi, de 10 años, le gusta bailar cuando su hermano canta y nos parece bien, porque vemos que les sale bien de dentro". El Duende, párvulo para charlar, sabe que lo suyo es un trabajo, "prefiero cantar a ir al colegio, pero cuando tengo ensayos me apetece ir a jugar al fútbol y las consolas".
En la 'tele'
En la tele ha salido dos veces, una en Sopa de ganso y otra en La gran noche del cante. Cualquier local es su escenario favorito, "si tiene buenos altavoces".
Leo Maya es hijo de Joaquín y hermano de Jerónimo, dos enormes guitarristas en activo que apoyan al benjamín dentro y fuera del escenario. Tiene 13 años y trasnocha pensando en madrugar. "No suelo faltar a clase. Terminaré el graduado porque en la vida hay que tener principios. Yo toco para mí, el público no me importa. Lo que quiero es sentirme muy seguro
Gitano madrileño, del barrio de Caño Roto, no se acuerda si eran tres o cuatro los años que tenía cuando empezó a jugar con las guitarras de su padre y de su hermano. "En casa, las guitarras son de todos, pero mi padre me lo tiene dicho: para dedicarte a esto hay que ser el mejor. Si no, dejalo".
Ha tocado en Revólver, Casa Patas y en la Sala Caracol. Quiere crecer como un gitano bueno, "con lo mejor que los payos me puedan enseñar, y acabar tocando en Nueva York. Pero con calma, los niños prodigio no existen, lo que vale es currárselo".
Consejos de Morente
Entre su público tiene El Duende esa noche a gente del grupo Mano Negra, Chihuahua y el gran Enrique Morente, palmeando a la cantera. %Un consejo? Que no pierdan la ilusión, porque la vida da muchas vueltas". Morente tiene dos hijas, de 14 y 11 años, y un chaval de cinco, "que ya toca la guitarra. Pero, sinceramente, yo prefiero que jueguen".
Catorce años tiene Joselillo Romero, bailaor. Debutó como espontáneo en el teatro Albéniz, 1991, y levantó más aplausos que palmos, del suelo. Nacido y criado en el Rastro de Madrid, aprendió a bailar "porque estaba todo el día con Joaquín [Cortés]. Me llevaba al cine, a la piscina... Luego estudié con el Güito, Manolete, María Magdalena y la gente de la academia Amor de Dios".
Dice, con la boca chica, que le gusta el cole, "y sé que mucha gente no nos toma en serio, pero yo ensayo nueve horas al día. En Revólver presentaré unas alegrías y una soleá por bulerías de Joaquín. Si un día me llaman de Japón, pues voy, pero me hace más ilusión bailar en los Campos Elíseos de París:". Vestirá pantalón negro y chaquetilla corta con pañuelo. "Me lo hace un sastre, en las tiendas no hay ropa de mi talla. Ese lunes, en Revólver, ¡vamos a reventar!".
Después de los pequeños, la sala piensa programar un ciclo dedicado a las mujeres flamencas. "Se habla mucho de los jóvenes flamencos, pero las mujeres, son grandes protagonistas de este arte", comentaba uno de los dueños de Revólver.
Retoños flamencos, en Revólver Club. Galileo, 26, metro Argüelles.Los lunes del mes de febrero. Día 20, Leo Maya con Felipe y Jerónimo Maya. Día 27, Joselillo Romero y su grupo. Actuaciones, 11.45 de la noche. Entrada, 1.000 pesetas con cualquier consumición.
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