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El Atlético completa su semana má feliz

Los madrileños logran ante el Tenerife su primer triunfo en la Liga en dos meses

De la machada en el Camp Nou al primer triunfo liguero en dos meses. El Atlético completó ayer su semana más feliz. Tumbó al Tenerife, aunque con más holgura en el marcador que en el césped. Sin dar por clausurada la crisis, recogió el oxígeno de un buen- resultado. Y un par de futbolistas salieron reforzados de la cita: Kiko y Valencia.Tuvo el conjunto madrileño 25 minutos magnífico . S, los iniciales. Saltó al campo con ganas de comerse el mundo, animado por el ambiente de fiesta que. presentaba el Calderón. Presionó con agresividad, se instaló en el tejado del área rival y dejó destellos luminosos en muchas de sus jugadas. El Atlético abrió el grifo de los remates con más fuerza que nunca. Una a una fueron llegando las ocasiones, gol incluido, ante la admiración de la hinchada. El Tenerife no estaba.

Parecía muerto el cuadro isleño, una caricatura de equipo expuesto a los golpes raciales de su adversario. Sin el aplomo necesario para conservar la pelota, principio fundamental de su catecismo, y sin la firmeza suficiente para frenar las acometidas del Atlético. Estaba ahogado, aparentemente aniquilado con el gol de Caminero, pero seguía vivo. En parte, por su capitán, Felipe, que llegó al Calderón con ganas de decir algo.

Un túnel a Vizcaíno, una llegada vertical que Toní cortó por las bravas (le costó una amarilla), un pase mágico a Ezequiel que desbarató Abel... Felipe estaba empeñado en pasar a la historia del partido. No fue extraño, pues, que fuera precisamente el maragato el que firmara el gol del empate con un cabezazo en plancha. El tanto hizo tambalear al Atlético, aunque por entonces (m. 51) ya hacía tiempo que se le había escapado el mando.

En realidad, el Atlético se empequeñeció a partir del minuto 25, cuando disminuyó su energía en la presión; cuando retrasó sensiblemente la zona donde provocar las recuperaciones; cuando concedió al Tenerife, en suma, la posesión de la pelota. Toque a toque, pase a pase, por muy horizontal que éstos fueran al principio, el Tenerife se fue haciendo con el gobierno. Pero de forma pasajera: no entró a matar con el contrario tocado.

. Logró sobreponerse el Atlético. No recuperó el aspecto inmenso del estreno, pero se vino arriba con ráfagas de coraje. Así, sin la elegancia inicial, logró otro gol. De Geli, pero con un aire inconfundible a las acciones made in Kiko. El gaditano es un futbolista grandioso, aunque sólo en contadas ocasiones. Por eso debe decidir de una vez si quiere formar parte de los elegidos. Mientras tanto, de vez en cuando hace disfrutar al personal.. Cuando aparece, su fútbol enamora.

Ayer, incrustado en la media punta, brindó otra tarde de gloria: con fantasía para improvisar el último pase, con claridad para descubrir agujeros en la zaga rival, con elegancia para levantar del cemento al aficionado más frío... Siempre que cogió el balón, corrió por el Calderón un cosquilleo sospechoso: algo estaba a punto de ocurrir cada vez.

Su nuevo puesto, entre las últimas líneas del Tenerife, también benefició a Valencia, que vio abierta para sí la puerta del ataque. Salió reforzado el colombiano. Tuvo media docena de buenas . ocasiones, trajo en jaque a su par y se esforzó por participar en cada lance. 'Sobre todo, confirmó una cualidad extraordinaria: dominio de los mano a mano con el portero. Así dibujó su gol.

Como en los viejos tiempos, el Atlético acabó entregado al contragolpe y con aire de fiesta en las gradas. Y al fin, con una Victoria que lucir en su pechera. La primera del año.

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