El milagro de Vallecas

"A lo mejor mi marcha beneficia, al Rayo". David Vidal no pudo estar más certero el día de su destitución (30-X-94). Desde entonces, hace ya once jornadas, el conjunto de Vallecas no ha perdido un solo encuentro, ha sumado 18 de 22 puntos posibles y ha pasado de la decimocuarta posición en la tabla al liderato en solitario.Varias teorías corren por Vallecas para explicar el milagro. Hay quien sostiene que debajo del éxito del Rayo se esconde una misteriosa superstición. Paco Baena, ayudante de Vidal y ayudante también de Paquito, su sucesor, aplicó un curioso sortilegio el día del relevo: acudió a la Virgen del Rocío, por la que guarda especial devoción, y ante su imagen quemó unas hojas de romero. Desde aquel instante, el Rayo no pierde, en Liga.

Otras versiones colocan a Paquito, el nuevo entrenador, como el principal responsable. Primero, por una simple cuestión táctica: "Ahora salimos con la pelota por abajo", explica Cota, "y tratamos de llegar con ella controlada hasta el área contraria. Hemos cambiado el fútbol práctico por algo de riesgo. Si no arriesgas no consigues nada".

Y sobre todo, por el aspecto anímico. "Paquito transmite más tranquilidad que Vidal", no duda en afirmar el cancerbero Wilfred. Uno de los más rotundos al alabar el trato de Paquito fue José Luis Gallego, un medio centro espléndido de reciente descubrimiento. Estaba cuando Vidal, pero jamás jugó de organizador. "La diferencia de una etapa a otra", indica, "es que ahora hay mucha más alegría en el vestuario. Paquito es un amigo. Cuando pierdes el balón jamás te regaña. Te convence de que el fallo es un amigo del futbolista. Sobre todas las cosas, transmite confianza".

En suma, David Vidal sale malparado en casi todas las comparaciones. "Nos ridiculizaba en el fallo; la verdad es que llegábamos acojonados al vestuario", llegó a confesar ayer un futbolista. Sólo Onésimo salió en su defensa: "Con tres resultados buenos seguidos, igual con él también estaríamos como ahora".

El caso es que Paquito aparece como el salvador. Su receta es muy simple: "Pretendo llegar al futbolista a través de la persona.

El partido que más me preocupa ganar es el de la amistad. Es muy importante que un equipo suelte aroma de compañerismo. Luego, quiero que el futbolista viva su presente y sea ambicioso".