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"No queremos a Izetbegovic ni a su Ejército"

Los seguidores del líder bosnio Abdic establecen una provincia autónoma "en el norte de Bihac"

F. RELEA ENVIADO ESPECIAL A partir de las tres de la tarde Velika Kladusa es una ciudad fantasma. Ningún civil pasea por la calle. Tipos uniformados con el brazalete VP Vojna Policiga (Policía Militar), con cara de perro, exhiben ostensiblemente sus fusiles y piden la documentación a los pocos forasteros (organizaciones humanitarias) que circulan durante el toque de queda. Los soldados de Fikret Abdic son los amos de la situación en la capital de la autoproclamada provincia autónoma de Bosnia occidental, territorio rebelde en el norte del enclave de Bihac, que no acata la autoridad del Gobierno de Sarajevo. Las casas del sector más septentrional de la ciudad están en ruinas. Es la zona más castigada de Velika Kladusa, donde se libra una guerra entre musulmanes de Bosnia.

"Izetbegovic es el primer problema. Abdic es la única alternativa. Él y sólo él convirtió Velika Kladusa en la provincia con el nivel de vida más alto de la antigua Yugoslavia. Es un empresario, no un nacionalista. Alia (Izetbegovic) quiere un país musulmán, a su manera. No queremos a Izetbegovic, no queremos al Quinto Cuerpo. Fue el Gobierno de Sarajevo el que dio la orden de destruir nuestra provincia autónoma" dice Rifet Dolic, ministro de Asuntos Civiles de la provincia autónoma.

El proyecto de Abdic es claro, aunque no exento de una buena dosis de utopía: liberar todo el territorio de Bihac y constituir una región autónoma en todo el enclave (Bihac, Cazin, Buzim, Velika Kladusa) y gobernar a sus 180.000 habitantes.

Velika Kladusa estuvo prácticamente desierta los últimos cinco meses de 1994. Sus moradores fueron en este tiempo los soldados del Quinto Cuerpo del Ejército bosnio (leal a Sarajevo), cuya entrada en la ciudad, en agosto, provocó el éxodo de ruinas 40.000 personas hacia los campos de refugiados de Batnoga y Turanj, en la Krajina croata ocupada por las fuerzas serbias. Desde estos centros, los hombres de Abdic organizaron el contraataque, con apoyo logístico serbio. La batalla por el control de Velika Kladusa duró meses, hasta que, después de combates casa por casa, la ciudad cayó de nuevo en poder de los soldados de Abdic el 16 de diciembre.

El caudillo Abdic ordenó a su gente en Batnoga y Turanj regresar a la ciudad liberada, teóricamente en paz tras el desalojo del quinto cuerpo del Ejército bosnio. Una comisión elaboró un listado de apartamentos y casas disponibles. Todo estaba a punto para la vuelta en masa de 40.000 refugiados. En tres días, los campos de Batnoga y Turanj se vaciaron. Sólo el 31 de diciembre salieron 10.000 personas. Querían comenzar el año nuevo en sus casas. El 7 de enero había culminado el regreso. Desde esa fecha se ha distribuido entre la población unas 500 toneladas de ayuda, que incluye comida, medicinas y ropa de abrigo. Los recién llegados se toparon con dos sorpresas desagradables. La ciudad no estaba en paz ni mucho menos. Los soldados del Quinto Cuerpo se habían retirado, pero bombardeaban Velika Kladusa desde los alrededores. Muchas de las casas y apartamentos habían sido vaciados por sus ocupantes provisionales. Otras estaban destruidas. Los almacenes de Agrokomerc, repletos de suministros cuando comenzó el éxodo hacia los campos de refugiados, estaban bajo mínimos en enero.

De día, las calles de la ciudad están repletas de civiles que transportan cubos de agua y de hombres que se apoyan en muletas. Heridos de guerra. Cerca, muy cerca, se escucha el estruendo de los proyectiles de la artillería del Quinto Cuerpo. El último enfrentamiento de envergadura se produjo hace ocho días. Los hombres de Abdic abrieron un pasillo en una zona bajo su control. La trampa surtió efecto. Unos 2.000 soldados del Quinto Cuerpo picaron el anzuelo y avanzaron hacia Velika Kladusa. Cuando se dieron cuenta era demasiado tarde. Estaban encerrados. Es muy difícil conocer con exactitud el número de víctimas, pero la Cruz Roja Internacional reconoce que el Ejército leal a Sarajevo perdió numerosos soldados entre muertos, heridos y prisioneros.

Fikret Abdic, el antiguo empresario multimillonario propietario del imperio agropecuario de Agrokomerc, es el líder respetado, venerado y obedecido ciegamente por las gentes de Velika Kladusa. Su foto está presente en los despachos de los ministros del Gobierno de la provincia autónoma de Bosnia occidental. Como el de Rifet Dolic. "Nos consideramos parte de la república de Bosnia-Herzegovina, pero con su personalidad propia en los campos histórico, cultural, económico...".

Abdic ha proclamado la provincia autónoma en una pequeña porción de territorio que incluye la ciudad de Velika Kladusa y sus alrededores. Viven en ella unas 74.000 personas, de las que más de 30.000 son refugiados. A unos tres kilómetros de la ciudad está la línea del frente y las primeras posiciones del Quinto Cuerpo, que controla el resto del enclave de Bihac.

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