Primer pase en el antiguo Bilbao

No ha sido casualidad que Manola y Sotera sean para siempre las primeras personas que cruzaron el umbral de! cine Bristol, inaugurado ayer donde estuvo el cine Bilbao hasta que su marquesina se desplomó un 27 de enero de 1993. En aquel accidente perdieron la vida seis personas que hacían cola para la sesión de la tarde.Mientras esperaban que abrieran la taquilla de la sala para comprar sus entradas, estas dos mujeres, que no se conocían de nada, no tenían ningún reparo en confesar, que no les importaba lo más mínimo la película que iban a ver. Y que además van muy poco al cine. Ellas habían venido única y exclusivamente, a inaugurar el nuevo local.

"Sé que no me va a gustar la película. Pero ayer se lo dije a mis amigas: voy a inaugurar el cine Bristol e invito a la que venga conmigo", decía muy risueña Manola.

En total, 30 personas entraron en la sesión inaugural del nuevo cine, la de las 4.30. Además de la película, Los hombres siempre mienten, protagonizada por Gabino Diego y Antonio Resines, estos espectadores estrenaron todo cuanto les rodeaba: la lujosa moqueta roja con la que se han tapizado los suelos, las butacas, los cuartos de baño o el bar repleto de palomitas. Pero, sin duda, el centro de todas las miradas era la nueva marquesina que sustituirá a la que muchos de los que pasaban por allí ayer decían "casi" haber visto caer.

"Pues yo pasaba por esta acera momentos antes del accidente", decía una señora en un corrillo que se formó en las puertas del cine con gente que no paraba de hablar del fatídico día.

Y todos tenían algo que decir. "Yo siempre iba al supermercado que está ahí al lado a esa hora, pero ese día fui más tarde. Fue un desastre", comentaba otra mujer. Unos metros más atrás, otras tres personas conversaban mientras señalaban la nueva marquesina: es de cristal reforzada con barras de hierro negro.

La nueva marquesina consiguió la aprobación del primer público del nuevo cine. "La otra era muy antigua, como la fachada. La han dejado igual pero más bonita" decía Manola.

Al lado de Manola está un hombre que vive en Alcorcón. Dice que va mucho al cine, pero esta vez le ha movido también el ánimo de inaugurar la nueva sala.

En cambio, un grupo de cinco jóvenes aseguraban que sólo han acudido al cine Bristol porque les apetecía ver la película.

Los taquilleros, los acomodadores y el resto de los empleados de la sala también estrenaban empleo. Casi como los nuevos responsables de la explotación de este local, muchos de ellos también ayer presentes en la sesión de las 4.30. Lo que ninguno quiso aclarar es a qué se debe la elección del nuevo nombre. Ni siquiera sabían qué novedades se han introducido con motivo de la nueva apertura.