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El anciano herido que sirvió de escudo en un atraco da las gracias a su abrigo

El marcapasos de Víctor Hernández Barrigón, de 78 años, es tuvo a punto de explotar el pasa do martes. Un hombre encapuchado le utilizó como rehén y le puso un cuchillo en la garganta para robar en la sucursal del BBV que se halla en el número 153 de Bravo Murillo. "¡Abrid, que le mato, abrid!", repetía el delincuente. Las amenazas duraron poco. Al instante, uno de los dos ladrones clavó su puñal en la tripa de su escudo humano. Y al final se llevaron 350.000 pesetas."Me salvaron el abrigo y el jersey", musitaba ayer Víctor Hernández, mientras reclinaba su cabeza para contemplar la tripa desgarrada por una puñalada de 12 centímetros. "Fue muy rápido. No me, di cuenta. Luego, me noté el navajazo. Creía que. no era tanto, pero me llevaron al hospital", recordaba ayer, todavía conectado al suero.

Según los médicos, la punta del cuchillo, de unos 20 centímetros de hoja, le rozó el intestino. Su estado es grave. "Gracias a la ropa y a la trayectoria diagonal ... ; si no, no sabemos qué podría haber pasado", suspiraba ayer Rosa, uno de los dos hijos de este jubilado.

Según los empleados del banco, el atracador apuñaló a Víctor de forma involuntaria. Sin embargo, la familia tiene otra versión. Rosa, la hija del herido, explica: "A mi padre le apuñalaron porque no abrían la puerta y no les daban el dinero". "Estoy indignada", prosigue, "porque lo que dicen en el banco no coincide con lo que comenta mi padre". Según el BBV, el empleado de la caja. no tardó nada en sacar, los billetes al mostrador a través de los cristales. "Ésa es la consigna en cualquier atraco: sacar el dinero y evitar cualquier incidente", explica un portavoz del BBV.

En cambio, Víctor no llegó a ver cómo se llevaban el botín. En su memoria sólo se ha clavado esta frase: "Abrid, que le mato". La dijo cuatro veces, recuerda Víctor. "No les vi las caras, iban encapuchados, pero eran jóvenes". "Yo no vi el dinero., Sólo recuerdo Cómo el cuchillo me lo ponían en el vientre y en el cuello, y cómo me tiró luego".

A pesar del susto, el corazón de este anciano apenas ha sufrido.' "No me excité ni noté el corazón acelerado. Yo ya en la guerra, combatiendo, vi cosas peores". Tampoco Víctor ha perdido su tradicional buen humor: "Yo solía decir que el que me atracara iba a acabar atracado, y ahora, mira, lo que no le pasa ni a Mario Conde, me ocurre a mí". La familia del anciano herido está también enojada con la actitud del banco el mismo día del atraco y la agresión. "A mi padre le apuñalarón al mediodía y nadie llamó en toda la tarde para interesarse por él. Ha sido una vergüenza", denuncia la hija del herido.

El banco se excusa y explica que pensaron que el anciano no tenía nada grave. El director de la sucursal asegura que le atendieron en el banco: "Pensamos que no era nada serio y creímos que. le llevaban a la casa. de socorro. Él mismo bromeaba con lo ocurrido".

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Ayer por la tarde, representantes del BBV acudieron al hospital y brindaron ayuda a la familia.

Los parientes del apuñalado quieren ahora ver la escena grabada en el vídeo instalado en la sucursal. "Así sabremos de verdad lo que ha ocurrido", dice la hija de Víctor.

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