"Hemos encontrado comprensión en el Gobierno socialista"
Leopoldo Rodés, presidente de Media Planning, SA, y alto ejecutivo del Grupo March, será sustituido por Mariano Puig el próximo día 31 en la presidencia del Instituto de la Empresa Familiar. La siguiente entrevista resume la trayectoria de este influyente foro, que agrupa a casi un centenar de grandes empresarios privados españoles.
El Instituto de la Empresa Familiar (IEF), que representa a las grandes empresas privadas españolas, cumple tres años desde su creación. En este periodo fundacional, el IEF ha tenido dos frentes de combate: por una parte, hacer comprender a la Administración y al conjunto de la sociedad los problemas de entorno de las empresas familiares, y por la otra, vertebrar un influyente club de patronos cuyos intereses más generales desbordan el marco exclusivamente concertador y corporativo de la gran patronal.José María Entrecanales (Entrecanales y Távora), Luis Carulla (Agrolimen), José Manuel Lara (Planeta), Joan Molins (Cementos Molins), Ignacio Ferrero (Nutrexpa), Rafael del Pino (Ferrovial), Pedro Vallvé (Campofrío), José María Serra (Catalana de Occidente), Amancio Ortega, (Zara), Tomás Osborne (Osborne), entre otros muchos, comparten con el entrevistado el deseo de alimentar desde los foros civiles la todavía insuficiente sensibilidad industrial de las administraciones.
Rodés resume así esta primera etapa del Instituto: "El IEF nació por iniciativa de un grupo reducido, preocupado por la imagen de la empresa familiar, deteriorada, con problemas de competitividad y de supervivencia. Creímos entonces que, pese a la existencia de las patronales, debíamos crear una organización específica para la empres familiar. Este sector es fundamental en el tejido productivo ya que representa el 60% del empleo español. Las empresas afiliadas al IEF suponen el 7% del PIB nacional, pero el conjunto de la empresa familiar española soporta las tres cuartas partes de la riqueza generada en un año".
Pregunta. ¿Por qué el IEF es independiente de la gran patronal, la CEOE?
Respuesta. Nacimos con voluntad de independencia y con carácter apolítico.
P. Ese apoliticismo que usted indica entra en colisión precisamente con el sesgo, a menudo ideologizado, de las grandes proclamas lanzadas por la CEOE.
R. Nosotros entendemos que el empresario debe hacer abstracción de sus convicciones ideológicas y políticas cuando ejerce, como tal. Creemos que mantener una buena relación con todos los partidos políticos es indispensable.
P. ¿Ustedes actúan como un lobby fiscal?
R. Esto es una simplificación, si bien es cierto que el Presupuesto de 1995 recoge algunas de nuestras peticiones. En términos concretos, por ejemplo, hemos conseguido que los activos productivos de las empresas se tengan en cuenta en las nuevas exenciones del impuesto de patrimonio. Pero es cierto que los Presupuestos Generales del Estado de este año y la ley financiera que los acompaña recogen algunas de nuestras metas más significativas en este terreno, como la suavización de los impuestos de sucesiones o el hecho muy destacable de que la ley de transparencia fiscal internacional no afecte a los casos de empresas con actividad real en el extranjero. Este último logro facilita enormemente la internacionalización de la empresa española. Pero es igualmente cierto que nuestros objetivos y campos de actuación son más amplios y diversos.
P. En el pasado, las medidas incentivadoras se han dirigido únicamente a fortalecer la exportación. Sin embargo, la citada ley acaba para siempre con los restos autárquicos de la estructura económica española. ¿Quién se resistió y quién les ayudó en el momento de legislar?
R. En la proposición inicial, el Gobierno, instado por el Parlamento, trató de evitar la deslocalización de capitales en el extranjero y la pérdida de sus rentas en España. Estas medidas hubiesen supuesto un duro golpe para las empresas con filiales en el extranjero y para la futura expansión internacional. El IEF intervino ante el Ministerio de Economía y contó con la eficiencia de los diputados de CiU en el Congreso. Así entendemos que contribuyó, junto con otras instituciones, a conseguir la desgravación sobre el establecimiento de empresas en el exterior.
P. Desde algunos sectores se afirma que el IEF es afín al Gobierno socialista y en especial a su vicepresidente, Narcís Serra.
R. Siempre se nos atribuyen amistades y afinidades diversas. La realidad es que hemos tratado de mantener en todo momento la mejor relación y el diálogo más fluido y constructivo con todos los partidos políticos. Es cierto, sin embargo, que en el Gobierno socialista, cuya ideología cabía pensar que no era precisamente proclive a los planteamientos empresariales, hemos encontrado una fuerte dosis de comprensión.
P. ¿Y con la oposición?
R. Como le digo, hemos sido muy escrupulosos en nuestras relaciones con todos los partidos políticos; hemos tratado de mantener la mejor relación y de colaborar a todos los niveles con el Partido Popular.
P. En respuesta al escaso eco reciente que obtuvo en el Círculo de Economía, José María Aznar se mostró muy crítico con los empresarios catalanes. ¿Qué opina usted al respecto?
R. Estoy, seguro de que José María Aznar no se refería a los socios del IEF en sus críticas. El IEF tiene entre sus objetivos uno tan lógico y legítimo como es contribuir a equiparar el marco fiscal de la empresa familiar -no del empresario- de España con el de nuestros países competidores. Esta equiparación favorece tanto a sus empresas asociadas como a los cientos de miles de empresarios familiares españoles, colectivo base de nuestra economía y que aporta riqueza, empleo y también estabilidad. Además, se trata de las empresas españolas.
P. El liberalismo económico que defiende el PP choca con su distancia respecto de algunos grandes empresarios.
R. Nuestra clase política mostró inicialmente una cierta sorpresa -y en algunos casos algo de desconocimiento- ante nuestras primeras exposiciones y reivindicaciones, pero tuvo igualmente un buen nivel de comprensión acompañado en los últimos tiempos de sensibles avances en el marco fiscal.
P. ¿Cómo son sus relaciones con Convergència i Unió?
R. Buenas como con el resto de los partidos, si bien es verdad que la coalición de CiU muestra una especial sensibilidad hacia la empresa y sus problemas.
Opacidad y patrimonio
El IEF ha insistido en la necesidad de que las empresas familiares no estén sujetas a la obligatoriedad de la transparencia fiscal. Rodés afirma que en este tipo de empresas "la discreción es un elemento esencial y tradicional. Por otra parte, suprimir la transparencia significa equipararnos con los países del entorno europeo".En el mismo argumento basa el IEF la concentración patrimonial necesaria para asumir el riesgo empresarial. En esta línea, Rodés destaca que la "mayoría de los empresarios familiares, y en especial los buenos empresarios, los que quieren ser competitivos, reinvierten la mayor parte de sus beneficios. Los patronos en general llevan una vida mucho más modesta de lo que comúnmente se cree".
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