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El Leganés se entrega

Los suplentes del equipo pepinero pierden 0-2 ante el Badajoz

Joseba Elola

Fue un partido dominado por el síndrome del trámite, disputado por un equipo de funcionarios del balón. Los jugadores del Lega saltaron al campo desmotivados: no les interesaba el partido. Ya lo había dicho Duque antes del encuentro: la Copa no entra en sus prioridades. No hace falta que lo jure. La alineación daba la primera clave: suplentes fijos, su plentes variables y novatos, sobre todo. Todo el lo aderezado con algún que otro titular. El equipo saltó al terreno de juego sin tensión, despreocupado, hueco. No había ganas. Y eso que los nuevos fichajes hacían lo que podían por destacar. Molina, el lateral procedente del Real Madrid C, demostró que tiene buenas maneras: la toca, lucha y mete la pierna si es preciso. El Lega necesitaba ano che a unos cuantos como él.Un espectador despidió la primera parte con un "que lo dejen, si no quieren jugar que se retiren de la Copa". Con eso lo dijo todo. El resto de la afición despidió con una pitada a Duque y a los suyos, que se iban al descanso con un gol encajado y que no parecían estar muy despeinados.

En la segunda parte salió Alfredo, y con él, las ganas de hacer algún que otro detallito. Intentó dar orden al equipo, sacó un par de balones para que se corrieran las bandas... Un poco de verticalidad y de cordura. Pero al cuarto de hora, llegaba el mazazo: Aguilar cometía un error defensivo garrafal y dejaba que Altimira le arrebatara el balón a 20 metros de la portería. Sobre la salida de Benito, el delantero del Badajoz dibujaba un globo perfecto con el que sobrepasaba al joven guardameta pepinero.

Y fue entonces cuando salió la garra. El equipo debió de darse cuenta de que aquello era demasiado, de que no se podían abandonar más porque si no la goleada podía ser de escándalo. Y cinco minutos después del segundo gol visitante llegaba el gol anulado al Lega. Mesas caracoleaba en el área y, hábil, lanzaba un pase a Antonio, que la empujaba. Pero en fuera de juego.

El Lega decidió dedicarse a jugar el partido cuando los minutos ya se escapaban, cuando la ducha llamaba a gritos a los jugadores. El ejército de suplentes hizo lo que pudo, pero al equipo le faltó cohesión, orden y, sobre todo, motivación. Las gradas del Municipal se indignaron. Un espectador, preso de la rabia, gritó: "Duque debería ir a la cárcel por el equipo que ha sacado".

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Sobre la firma

Joseba Elola
Es el responsable del suplemento 'Ideas', espacio de pensamiento, análisis y debate de EL PAÍS, desde 2018. Anteriormente, de 2015 a 2018, se centró, como redactor, en publicar historias sobre el impacto de las nuevas tecnologías en la sociedad, así como entrevistas y reportajes relacionados con temas culturales para 'Ideas' y 'El País Semanal'.

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