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Tribuna
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El desmarque

Julen Madariaga anunció ayer su Intención de darse de baja de HB si ese partido no condenaba el asesinato de Gregorio Ordóñez. Madariaga fue uno de los cinco fundadores de ETA y el único dirigente que, durante un periodo corto de tiempo, en los sesenta, tuvo el cargo de buruzagi, equivalente al de secretario general. Ni antes ni después ha. habido en ETA nadie con un cargo de ese tipo: la dirección siempre fue colegiada. Según cuenta algún ex dirigente de Euskadiko Ezkerra, en los días en que trataban de convencer a ETA (pm) de la conveniencia de su autodisolución, hacia 1981, sus interlocutores les respondían: "Personalmente estoy de acuerdo, pero haré lo que diga la organización". Ahora bien: la dirección de tal organización eran ellos. Una cierta concepción- curil -mejor dicho: de seminaristas de la política está seguramente en el origen de esa, mentalidad gregaria que diluye la responsabilidad individual en un colectivo al que se atribuye vida propia (y capacidad de decidir sobre la de los demás). Esa mentalidad se ha trasladado a Herri Batasuna, y por eso es notable el desmarque de la concejal Begoña Garmendia, que se ha atrevido a expresar una opinión personal y a hacerlo en público. Es cierto que nada dijo cuando, el mes pasado, asesinaron a un policía municipal del ayuntamiento del que es corporativa. Pero al menos no comparte el ridículo de la nota oficial de la dirección de HR en la qué se reitera la brillante idea de que el asesinato de Ordóñez es consecuencia del contencioso entre Euskadi y España.Extraña guerra en la que una parte tiene el derecho a disparar y la otra la obligación de dejarse matar: horas después del asesinato en Bilbao, el pasado día 13, de un policía nacional, en un atentado en el que otro agente resultó gravemente herido, una manifestación recorrió las calles de la ciudad: los manifestantes protestaban por la detención de uno de los autores de los disparos, capturado in situ con la pistola en la mano. La sentencia contra los autores de la paliza al ertzaina Susaeta de la que quedó constancia en un vídeo estremecedor fue calificada por un portavoz de KAS como "un paso más hacia una sociedad cada vez más policial y autoritaria". También denunció el Iinchamiento periodístico de los condenados".

Luis del Olmo invitó ayer a los votantes de HB a expresar por la radio su opinión sobre el asesinato de Ordóñez: casi todas las llamadas fueron para rechazar ese atentado y, a la vez, reafirmar su adhesión a H B. Un tal Andoni, -que llamó a la cadena SER, explicó su dolor por la muerte del candidato del PP a la alcaldía, que dijo sentir profundamente. A continuación añadió que Ordóñez "se lo estaba buscando". Esta capacidad para superar los conflictos morales por la vía de negarlos es envidiable. Hay un famoso filósofo de Portugalete maestro en ese arte. La idea es que ETA hace muy mal en matar (sobre todo a personas sin uniforme), aunque, por otra parte, no le faltan motivos para hacerlo: la negativa a reconocer la autodeterminación, el GAL o la españolización de Donosti.

De vez en cuando alguien, como ahora Begoña Garmendia, da un cauteloso paso al frente. En, general suele ser gente que ha superado los 35 años Inmediatamente son acusados de complicidad con el enemigo y marginados por los elementos más impacientes de la siguiente quinta. El franquismo hizo que la primera generación de ETA perdiera el hilo de la evolución del nacionalismo de preguerra y regresara al punto de partida: al fundamentalismo al que se refirió el cantante Gurruchaga en el programa de Mercedes Milá. Pero resulta trágico que esa incesante vuelta a los orígenes se reproduzca en cada sucesiva leva de ETA. Los adolescentes que ahora llevan la voz cantante -y que llaman "tonto útil" a Madariaga- no conocieron el franquismo y se han tomado en serio la broma de que lo de entonces no era nada comparando con la brutal opresión que hoy padecen los vascos.

Naturalmente, esto último se lo e cuentan quienes, cuando el General estaba vivo, tenían buen cuidado en guardarse su patriotismo en el secreto de su corazón.

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