El Mosca, pillado a contrapié

El Mosca no tuvo su día de suerte. Por méritos y voluntad atacante, los de Usera pudieron y debieron haber marcado, por lo menos, un par de goles y, sin embargo, perdieron el partido y los dos puntos en juego. El encuentro resultó entretenido y vistoso, aunque el juego no fue muy brillante. Los jugadores del Mosca enfocaron el encuentro con aspiraciones de victoria y practicaron un ambicioso juego de ataque. No tuvieron excesivos problemas para hacerse con el dominio del medio campo, ya que los madridistas les esperaban atrás. Combinaron jugadas y lo intentaron desde todos los ángulos posibles. Pero les faltó el acierto necesario para culminar las jugadas, la seguridad en los últimos metros. Esta indecisión les condujo a la derrota.

El Madrid apenas se acercó a la portería de Rojas y, en la primera parte, pese al dominio territorial de los titulares de la cancha, los 22 jugadores se marcharon a los vestuarios con las espadas en alto.

En la continuación, los dos equipos repitieron el esquema. Se produjeron los cambios de rigor, aunque en el Mosca, que estaba jugando bien, su entrenador tardó en decidirse, y cuando lo hizo, se limitó a sustituir a Vico por Ejido, para acentuar el carácter ofensivo deljuego.

Portería acero

El Real Madrid consiguió mantener a cero su portería y, cuando pudo, se fue adelante. Al final, los merengues, aprovecharon que los de Usera jugaban adelantados, demasiado volcados en el ataque, y consiguieron pillarles a contrapié en un rápido contragolpe que supo aprovechar Ángel Luis para llevar al marcador el único tanto de la jornada. Un gol que les daba a los de la Ciudad Deportiva la victoria y los dos puntos, inapelables: los blancos marcaron, y los de Usera, no. Si los partidos se inclinaran del lado del que más se esfuerza, el resultado habría sido otro.