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Un preso huido en un permiso mata a un policía en Oviedo

Un subinspector del Cuerpo Nacional de Policía, Ángel García Calzada, natural de Torrecl1lo (León), falleció en la madrugada de ayer en el Hospital Central de Asturias, en Oviedo, tras las graves heridas de arma blanca que le infligió un delincuente al que trató de identificar. Sobre el presunto agresor pesaba una orden de búsqueda y captura tras haberse fugado hace varias semanas durante un permiso carcelario de la prisión de Zamora, donde cumplía cordena por varios delitos de homicidio y robo. El presunto agresor, José Carlos Vila Mateo, de 28 años, natural de Cangas de Onís (Asturias) y con amplio historial delictivo, fue detenido horas después por la Guardia Civil en Villaviciosa, a unos 50 kilómetros de Oviedo, cuando trataba de huir en u n coche robado. El policía fallecido contaba 49 años, estaba casado y era padre de dos hijos. Su entierro se celebrará esta tarde en Posada de Omaña (León). Los hechos se produjeron en la tarde del pasado viernes en la plaza de Primo de Rivera, de Oviedo, cuando una dota ción de la policía que patrullaba por la zona reparó en un joven cuyo comportamiento infundió sospechas a los agentes. Cuando el subinspector Calzada trató de identificar al individuo, éste sacó un cuchillo de monte y le asestó tres puñaladas.Tras dejar malherido al Policía, Vila Mateo se dio a la fuga en un automóvil que abordó a punta de cuchillo, obligando a su conductor a salir de la ciudad por la N-634. El delincuente abandonó al automovilista en la localidad de Nava y prosiguió la huida. Advertida la Guardia Civil, el coche fue interceptado en Villaviciosa. Los agentes tuvieron que hacer uso de las armas reglamentarias, realizando disparos de advertencia. Antes de ser reducido por las fuerzas de seguridad, Vila Mateo causó heridas leves a -un guardia y se autolesionó en el antebrazo derecho, por lo que hubo de recibir asistencia médica en el Hospital Central de Asturias. El fallecimiento del policía, que permaneció inconsciente a lo largo de la noche, se produjo pasadas las tres de la madrugada de ayer como consecuencia de las hemorragias causadas por las gravísimas heridas de arma blanca. La capilla ardiente quedó instalada en el tanatorio de Los Arenales, en la capital asturiana.

El delincuente, que hace ocho años ya dio muerte a un vecino de Cangas de Onís, al que golpeó repetidamente con un felpudo metálico, cumplía condena en la cárcel de Zamora por diversos delitos. Desde hace varias semanas pesaba sobre él una orden de búsqueda y captura del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Valladolid.

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