Gil exige medidas drásticas con los pesos pesados
Jorge D'Alessandro sigue en el cargo. Jesús Gil se reunió con él durante dos horas para pedirle explicaciones, pero le confirmó en el cargo. Eso sí, le pidió cambios en la alineación. El propietario del Atlético exige medidas drásticas con los jugadores de mayor postín. No quiso dar nombres, pero todo hace indicar que sus dardos iban dirigidos hacia Caminero y Simeone. Gil quiere que no jueguen en Zaragoza."Si el entrenador aceptara mi sugerencia", comentó Gil, "en Zaragoza sacaría un equipo muy distinto al de hoy. Hay futbolistas que no deben jugar porque no Io están haciendo bien". Insistio en no dar nombres, pero dio algunas pistas: "Si fallan los líderes, quítate a los líderes del medio y pon a los jóvenes. El club necesita medidas drásticas con algunos. No hablo de alineación, pero si me hace caso tiene que prescindir de unos cuantos. En ese sentido, D'Alessandro sabe que va. a tener todo mi apoyo.
"No soy sordo"
El entrenador, por si acaso, aclaró que no piensa aceptar ninguna intromisión táctica. "Otra cosa", dijo, "es que no pueda ser sordo a una petición del presidente. Pero no significa que me haga cambiar el equipo. Los que me conocen. saben que la alineación siempre la haré yo. Se me han pedido explicaciones del rendimiento de algunos futbolistas que son santo y seña de este equipo
[Caminero y Simeone]. Hay que recuperarlos. Espero no llegar a situaciones límites al tener que quitarles del equipo".Gil estaba indignadísimo. Sobre todo, por un escena que vio cuando bajó encolerizado al vestuario tras el partido. Al llegar, observó como el técnico trataba de animar a sus jugadores con el tópico "venga chicos, que no pasa nada". "¿Pero como que no pasa nada", respondió Gil. "Esta pasando algo muy grave, que os estáis riendo de la entidad. Como se empiece con la inercia del venga chicos, te acostumbras a ser el derrotado permanente". Por ahí, D'Alessandro no coincide con su jefe: "Era el momento de destrozar el vestuario, pero así no se consigue nada. Yo también querría tirar todo abajo, pero el resurgir no pasa por eso".
Las explicaciones de D'Alessandro no convencieron a Gil. El dueño del Atlético no modificó su disgusto con los futbolistas: "No valen para nada. Reunirme con los jugadores sería una tontería, cada uno va a lo suyo. Me han decepcionado totalmente.. Lo mismo están engañando al entrenador. Si tuvieran lo que hay que tener no cobrarían. Estoy cabreadísimo. No quiero ser el presidente de los fracasos".
Una de las cuestiones abordadas en la reunión fue el estado físico y psíquico de los jugadores. Y se plantearon soluciones. "Si hay que llevar al punto médico el que aprendan a relajarse o a mentalizarse de que no pasa nada", confesó Gil, "pues se hará". D'Alessandro admitió que se pactó someter a una analítica a los futbolistas para buscar su "estado real" y lograr acabar con "las influencias psicológicas y el miedo a estar sobre el terreno de juego". "Lo haremos", dijo el técnico".
A la reunión, celebrada en el Calderón a la conclusión del encuentro, asistieron Miguel Ángel Gil, director general del club; Miguel Ángel Ruiz; secretario, técnico; Clemente Villaverde, gerente; Marcos Alonso, segundo entrenador, y Emilio Consejero, médico.
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