Los tres disidentes de UGT ponen su cargo a disposición del comité confederal

José Luis Daza, Gustavo Gardey y Dionisla Muñoz, los tres miembros de la ejecutiva de UGT a los que se pidió la dimisión por sus discrepancias con la cúpula directiva del sindicato, pusieron ayer sus cargos a disposición del comité confederal, en una carta dirigida a toda la organización. El trío mantiene un pulso con la dirección tras las discrepancias manifestadas en el último comité confederal, celebrado en diciembre. La ejecutiva de UGT se reúne el próximo martes y tiene previsto estudiar nuevas medidas para solucionar la crisis.

La tormenta en la ejecutiva de UGT se desató en el último comité confederal, celebrado los días 19 y 20 de diciembre. En él, Daza, Gardey y Muñoz se abstuvieron en la votación que debía decidir la mesa del comité. De esa forma, votaron en sentido distinto a la del resto de la ejecutiva del sindicato, que encabeza Cándido Méndez.A raíz de ello, la dirección de UGT decidió pedir a los tres disidentes su dimisión por indisciplina, a lo que se negaron. Una negativa que ha quedado refrendada en una circular remitida por José Luis Daza, Gustavo Gardey y Dionisia Muñoz a los restantes miembros de la ejecutiva sindical y a todas las uniones y federaciones de la organización.

En la carta, ponen de manifiesto, desde el primer momento las diferencias existentes en el seno de la ejecutiva. "Desde prácticamente acabado el Congreso

[abril del año pasado] nos hemos visto enfrentados a la presistente idea de que esta ejecutiva estaba formada por ocho más tres, teniendo constancia de permanentes reuniones en las que se ha estado marginando a una parte de la misma, hasta tal extremo que la decisión de pedir la dimisión a tres de sus miembros se tomó en una reunión previa y paralela a la celebración de la reunión ordinaria de la comisión ejecutiva".

La misiva contiene duras críticas contra el equipo de Méndez, como la siguiente. "Mucho nos tememos que el argumento aducido de indisciplina en el comité confederal con respecto a la elección de la mesa del mismo no sea más que el deseo de tapar una práctica que creíamos desterrada en nuestra organización después del último Congreso, que era la de consolidar mayorías a través de comisiones de de conflictos".

"Carece de fundamento", reamarcan en la carta, "la democracia interna si los órganos se reúnen previamente para obligar a todos sus miembros a mantener una postura única. Sobraría en este caso el voto individual. Y la responsabilidad individual en los órganos de dirección recogida en las resoluciones del último, Congreso, quedaría en entredicho".

Esta comunicación pone al rojo vivo la reunión que la ejecutiva de UGT debe mantener el próximo martes. El secretario de Comunicación e Imagen del sindicato, Antonio Ordóñez, manifestó ayer a Servimedia "su honda preocupación" por la decisión de los críticos de no dimitir, "ya que han provocado que exista una ejecutiva paralela".

Entre las alternativas que podría manejar la dirección de UGT el martes próximo figura la de convocar un consejo confedefal para que todas las representaciones del sindicato opinen sobre cómo resolver esta crisis, o bien acudir a un comité confederal extraordinario para que, se adopte una decisión definitiva.

Esta última posibilidad parece no contar con demasiados apoyos en el seno del equipo de Cándido Méndez.