Gaby: "¿Y ahora quien nos preguntará cómo estamos?"

Hace un ratito acaba de morirse un payaso. Un payaso genial. Hoy envidio a los que tuvieron la fortuna de rodearle, de convivir junto a él, de viajar, actuar, de comer con él. Yo tan sólo lo hice en una ocasión, y comprobé que era tan grande como en la pista, irradiaba felicidad, ternura, era caballero, amable, simpático, conversador y humano, muy humano.Dios, que en ocasiones anda un pelín despistado, no lo estuvo con él, afortunadamente, colmándolo de felicidad que contagiaba a los demás.

Le premió con una extraordinaria mujer, extraordinariamente dulce, sensible y pendiente de él como una chiquilla, siendo una prolongación del racismo, Gaby.

Le premió también con muchos hijos, que le adoraban y seguían sus pasos en el circo. "Es la mejor carrera que puedo darles, Manolo; el día que yo falte sé que dejo a mis hijos bien colocados; serán artistas de circo, payasos, que, como nuestra familia, como mis hermanos y yo, irán de un lugar a otro haciendo reír a grandes y chicos. ¿Qué mejor carrera podría darles?". Mientras, los niños, dirigidos por la hija mayor, ensayaban unos y, hacendaban la caravana otros, poco antes de la función de las cinco.

Tras el café, y mientras se encendía un enorme puro habano, nos hablaba, emocionado y nostálgico, de su estancia y cariño por Cuba, de sus viajes y de sus proyectos.

"Manolo, ya lo verás: con el paso del tiempo, tan sólo envejece el cuerpo. El hombre que llevas dentro desde los 18 años se conservará intacto, con las mismas ilusiones e inquietudes, hasta el final de tus días. Yo aún sigo teniendo 18 años...Y pobre de aquel que deje de ser niño".

Poco después, bajo la carpa, sonaba esa voz aguda, enérgica y vital que le caracterizaba... "¿Cómo están ustedes?".

A ver ahora cómo le digo a mi hijo que hoy, que hace tan sólo un ratito, un joven payaso de 72 años ha muerto (una vez más, gracias a Dios, sin apenas sufrir).

Todos le queríamos, y eso es como vivir en la gloria. Justo donde está ahora-