El 'ultra' acusado de asesinar a un homosexual cae desplomado al suelo en su interrogatorio
El juicio que empezó ayer en la Audiencia contra David Garrido -el ultra de 17 años cuya fobia hacia los homosexuales le llevó a asesinar a uno en la casa de Campo y a acuchillar a otro hasta dejarle gravemente herido- resultó tan accidentado que el tribunal optó por suspenderlo. Garrido, quien se enfrenta a una petición de 34 años de cárcel, cayó desplomado al suelo (una lipotimia ) en medio de su interrogatorio, ante la mirada atónita de los jueces. Antes de derrumbarse, reconoció haber participado en dos asesinatos (uno de ellos frustrado) junto con un amigo de 15 años.
Ante el desplome del procesado, el tribunal paralizó el juicio. La madre de Garrido también cayó fulminada al suelo al ver a su hijo (de aspecto infantil) tendido en el suelo y agitando los párpados. Finalmente, el tribunal -que preside Pedro Javier Rodríguez- decidió aplazar la vista y reanudarla hoy, jueves. Pero no acabaron ahí los incidentes. La policía judicial tuvo que intervenir para evitar que familiares de las víctimas y del procesado (que no dejaron de cruzarse insultos y amenazas durante los escasos 30 minutos que duró esta primera sesión del juicio) llegasen a las manos en los pasillos de la Audiencia.Una frágil personalidad y el miedo escénico (la sala estaba abarrotada de estudiantes de derecho, periodistas y familiares de ambas partes) pudieron influir en el derrumbamiento del procesado, según fuentes jurídicas. Garrido tenía 17 años cuando, presuntamente, emprendió su particular y sangrienta cruzada contra los homosexuales madrileños. Para ambos asesinatos, cometidos el año pasado, contó con la ayuda de un amigo de 15 años (que no será juzgado en la Audiencia por ser menor de edad).
Sus respuestas, ante la serie de preguntas que le formuló el fiscal, fueron lacónicas, y casi todas se limitaron a frases corno "no me acuerdo" o "no entiendo lo que dice". El asesinato consumado sucedió el 5 mayo de 1993. Según el fiscal, Garrido y el otro menor decidieron ir a la Casa de Campo para "provocar a personas homosexuales". Llevaban navajas. Allí contactaron con Mariano Gómez Higuera, de 30 años, funcionario de un Ayuntamiento madrileño. Sabían que era homosexual. Tras una charla distendida, según el fiscal, los tres se dirigieron a una zona recóndita y arbolada de la Casa de Campo, donde, presuntamente, Gómez puso las manos en la cintura de Garrido y le sugirió que se bajase los pantalones. Entonces, y sin mediar palabra, Garrido comenzó a acuchillarle con absoluta sevicia. Once cuchilladas.
El asesinato frustrado ocurrió en marzo de 1993. Garrido y su amigo concertaron una entrevista con un homosexual que se hacía llamar Darío y que había puesto un anuncio para buscar jóvenes con los que mantener relaciones. Una vez en casa de Darío, el procesado, según el fiscal, le asestó, por la espalda, varias cuchilladas. Se marcharon de la casa creyéndole muerto y dejándole desnudo. Sobre este asesinato, Garrido sólo acertó a decir ayer que apuñaló a Darío para defenderse, porque les estaba provocando sexualmente.
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