Las defensas triunfan en Balaídos
Las defensas dieron un recital en Balaídos. La del Celta y la del Sevilla. El empate era una sentencia firmada a los pocos minutos de empezar el encuentro, y no por falta de ganas: los hombres de Aimar, con el objetivo de brindar con dos puntos por los positivos conseguidos en la anterior jornada en Riazor; el Sevilla, para seguir pensando en la UEFA y con la mirada puesta en lo que pudiera hacer el Betis, por encima en la tabla, ante el Deportivo de La Coruña.Pero no fueron capaces de imponerse a los serios sistemas defensivos ideados por Aimar y Luis Aragonés. Para intentarlo, el Celta apeló al gol de Losada. El ex sevillista faltó a la tradición. Se peleó con ganas con toda la defensa visitante, pero, por primera vez desde que viste de celeste, fue incapaz de cobrarse el gol de la venganza ante alguno de sus antiguos clubes. Si fallaba el factor Losada, ganar no iba a ser fácil para el Celta.
Aragonés, por su parte, confió en el debutante Dumitrescu para romper la zona de Carlos Aimar. Lo colocó en los dominios del campo que separan a centrocampistas de delanteros para que se desenvolviese a su antojo. Y el rumano dio muestras de su enorme calidad.
Aragonés presentó un equipo ofensivo, con Moya y Dumitrescu apoyando las acometidas de Suker. Pero la presión celeste ahogó el ataque sevillista hasta sumir a los delanteros visitantes en la desesperación. Las pocas veces que el balón entró en el área, Apareció la pierna de algún defensa vigués.
El mecanismo
De poco más pudo presumir el Celta en la primera parte que de este engrasado mecanismo defensivo. Recuperaba rápidamente el balón y lo manoseaba a su antojo, pero para terminar perdiéndolo a escasos metros del área. Sólo Ratkovic colocó algún balón con criterio cerca de Unzúe. Merino y Losada remataron con peligro dos faltas lanzadas por Gudelj. Fue todo el balance al descanso.
La segunda mitad fue un calco de la primera. El árbitro, Gómez López consiguió contagiar su nerviosismo a los jugadores en los últimos, minutos, pero el guión estaba escrito y Celta y Sevilla le fueron fieles. Al menos, uno y otro equipo mantienen intacta su credibilidad, pero causaron una pobre impresión.
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