ESE BESO...

Nadie puede discutirle al príncipe Carlos de Inglaterra una habilidad natural para entenderse con las flores y conseguir los mejores frutos aplicando la agricultura biológica; lo que ya parece más discutible son sus dotes de seductor. Sin embargo, y para pasmo total de los reporteros que siguen al heredero del tronó británico en sus desplazamientos por el ancho mundo, un colega francés consiguió tomar una instantánea del príncipe de Gales besando a una joven en el interior de un coche aparcado junto a un restaurante de la muy selecta estación de esquí de Klosters, en Suiza, donde Carlos de Gales pasa unos días de descanso con sus dos hijos. Dicen quienes han contemplado la fotografía, por la que una agencia de prensa reclama 40.000 libras (unos ocho millones de pesetas), que la joven en cuestión no es otra que Tiggy Legge-Bourke, de 29 años, señorita de compañía de los príncipes Guillermo y Enrique, de 12 y 10 años respectivamente, hijos de los príncipes de Gales. Desde el año pasado, Tiggy Legge-Bourke, una sólida belleza británica, se ocupa de los niños como una verdadera "segunda madre" cuando están bajo la tutela de su padre. Una proximidad que, según los tabloides, británicos, ha provocado los más encendidos odios por parte de la princesa Diana. El secretario privado del príncipe Carlos, Richard Aylard, contribuyó, sin embargo, a complicar las cosas cuando, ante las preguntas de los periodistas sobre la identidad de la amiga del príncipe, señaló que se trataba en realidad de una vieja conocida suya, Patty Palmer-Tomkinson. Ante la insistencia de un periodista del diario The Sun en cuanto a que no había duda de que se trataba de Tiggy Legge-Bourke el secretario se limitó a puntualizar-, "Bueno, si estaba cerca, es posible que el príncipe la besara también".LOLA GALÁN