Acto de autoafirmación
Un Estudiantes racial se exhibe ante el Birex Verona
Insiste Estudiantes en escarbar en lo más profundo de sus entrañas. Gracias a su autoexploración en la búsqueda y -afortunadamente para el equipo madrileño- hallazgo de sus virtudes de siempre, ausentes mucho, demasiado tiempo, sumó su tercera victoria seguida. La primera consecuencia del triunfo ante el Birex es práctica: Estudiantes refuerza sus opciones de clasificación para los cuartos de final. La segunda apela a planos más espirituales: los colegiales empiezan a recuperar el alma perdida.
Intensidad defensiva, sacrificio en el rebote -con Orenga, 11 rechaces, como destacado-, electricidad en el contraataque, solidez mental, seguridad en las propias fuerzas, descaro. Ésas fueron las armas utilizadas por Estudiantes para derrotar -superando, además, los cuatro puntos obtenidos por los italianos en la ¡da- al Birex Verona, que no se conformó con su inferioridad, pero que tampoco encontró soluciones para la inversión de términos. Hubo otro aspecto a destacar en este nuevo, Estudiantes y se refiere al banquillo. José Vicente Pepu Hernández ha dado confianza a sus jugadores, que han eliminado el agarrotamiento que antes les maniataba.
El choque siempre perteneció al equipo estudiantil. Le costó, eso sí, 12 minutos iniciar el despegue (29-24). Pero cuando consiguió la fractura lo hizo a conciencia (47-33 en el descanso). Con Herreros y Smith martilleando con sus lanzamientos exteriores, Orenga liquidando a los pívots italianos y los hermanos Martínez impecables en la dirección -más el esfuerzo de todos en defensa-, la escuadra madrileña pudo vivir con tranquilidad el resto del partido.
En otro partido de la Copa, Korac jugado ayer, el Hapoel Eilat (Israel) se impuso en su visita a Atenas al Peristeri (Grecia), por 88-76.
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