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NECROLÓGICAS

Luis Olarra, empresario

El empresario Luis Olarra Ugartemendia falleció el martes a los 62 años en la ciudad norteamericana de Houston, donde recibía asistencia médica por una enfermedad que le afectaba desde hace un año. Vehemente y controvertido, el empresario alcanzó una gran notoriedad en los años de la transición por su condición de presidente de la patronal vasca, sus aspiraciones políticas y su enfrentamiento a ETA. Olarra, el sexto de los nueve hijos de una familia de Tolosa (Guipúzcoa), se convirtió en los años sesenta en uno de los industriales más importantes del boyante sector de los aceros especiales en Vizcaya.Su imagen, un hombre orondo con una cigarro habano entre los dedos, fue recogida a menudo en los medios de comunicación tras su entrada en el Senado por designación real en la legislatura constituyente. En 1979, Olarra fracasó en el intento de consolidar su carrera política. Fundó el partido Unión Foral, pero no consiguió su acta de diputado. Tras la frustrada experiencia, recaló en Alianza Popular (AP) y llegó a formar parte su ejecutiva, pero en 1986, poco después de un año, el comité de disciplina de AP le suspendió de militancia por cuestionar el liderazgo de Manuel Fraga. Olarra dijo entonces que "con Fraga no se gana" y abandonó una reunión directiva en la que se aprobó por unanimidad una moción de confianza presentada por el presidente del partido.

Olarra emprendió su carrera profesional en Bilbao con tan sólo 20 años, después de abandonar sus estudios de Ingeniería Industrial. Su habilidad para los negocios siderúrgicos le permite inaugurar en 1957 la primera planta de la Aceros Olarra, con 50 empleados. Entonces dio comienzo un vertiginoso desarrollo industrial, que en su momento de máximo apogeo dio empleo a más de 2.000 personas.

Además de Aceros Olarra, el polémico empresario presidió Aceros de Llodio y dirigió la empresa Material Auxiliar de Electrificación. En 1964 dio el salto al sector de tubos con la creación de Tubos Especiales, que posteriormente se convirtio en Tubacex. Antes de a finalizar los anos sesenta, Olarra implantó sus negocios de aceros especiales en Suramérica, con la apertura de Acerías de Bogotá.

Los éxitos en la industria empujaron a Olarra hacia el liderazgo, de los empresarios y en 1977 promovió la creación de la asociación patronal Confederación General de Empresarios de Vizcaya, el embrión del actual Círculo Industrial y Mercantil. En esos años, Olarra fue el primero en romper el silencio dominante, negarse públicamente al pago de la extorsión terrorista y encabezar un movimiento de oposición a ETA. En varias ocasiones fue objetivo de atentados contra su persona, de los que salió indemne, y contra sus intereses empresariales.

El imperio industrial construido sobre los negocios con la chatarra se empezó a tambalear con la crisis de los aceros especiales. La acumulación de pérdidas en las empresas de Olarra desembocó en un conflictivo proceso de reconversión, que en 1983 culminó con la creación del grupo Acenor, cuya propiedad quedó en manos públicas. Desde posiciones más discretas, el empresario se dirigió entonces hacia los sectores de la alimentación, las bodegas y, en los últimos años, al negocio inmobiliario. Su primera empresa vinícola, Bodegas Olarra, dedicadas a la producción de vinos de Rioja, fue vendida al grupo Marcial Ucín.

La enfermedad detectada el pasado año le llevó a someterse a una operación quirúrgica en Europa y, posteriormente, a ser tratado en un centro hospitalario de Houston (Estados Unidos). Olarra estaba casado con Amalia Borda Loredo.

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