Antonio Vega resucita en un océano de aplausos
La actuación del carismático cantante pop marca el inicio de un nuevo recorrido
Se hizo de rogar... Parecía que no iba a, salir nunca y el personal congregado anoche en Aqualung empezó a corear nervioso su nombre. Y eran ya pasadas las diez y media cuando Antonio Vega apareció en lo alto del escenario.Salió en plan seco. La disposición moderna y diseñada del escenario hacía intuir un Vega inédito. De hecho, apareció con auriculares y micrófono incorporado, como un concierto al uso en plena era galáctica e industrial. Pero Antonio no lo aguantó. Ni un minuto tardó en deshacerse de él.
Pero aún en plan seco, se fue espojando Antonio de su timiez. Es difícil sacarle una sonria al madrileño, ni siquiera cuando la gente celebra con vehemencia sus canciones más significativas. Antes de que salga el sol, la tercera de la tanda e las más de 20 canciones que tocó, fue la primera que provocó el entusiasmo del personal. El público, que a punto estuvo de llenar el local, la coreó con ganas, como muchas que vinieron después, especialmente cuando atacó con El sitio de mi recreo y La chica de ayer.
El universo, ese que además se proyectaba sobre las modernas carpas, de Antonio Vega, s tan sutil, como indefensa es su presencia en el escenario. Cuando le aplauden, se retira. Y siempre mira hacia el suelo. Las pocas veces que se ríe, la cara le cambia. Con su melenita más cuidada, su camisa blanca impoluta, Antonio se fue relajando nota a nota. Y llegó a tener al público anonadado. Un público poco habitual a conciertos pero que celebraba reencontrarse con Antonio.
Desenchufado o desenganchado, Antonio Vega recorrió su inmensa obra. Tanto la que recuerda a Graham Parker o a Costello como la que le hermana con los cantautores más malditos. No fue un ejercicio de nostalgia, fue una lección de arte pop contemporáneo. Y allí estaban para testificarlo un público fiel.
El nuevo Antonio se fue anoche despojando de ataduras. Antonio combinó lo intimo con lo más animado, su etapa de Nacha Pop como su obra en solitario. En su haber y tanto en un lado como en otro, quedan las canciones más bonitas del pop español, ese que a todos entusiasma pero que no ha conseguido sacarle de su involuntario malditismo.
El nuevo Antonio de anoche, el que por fin se vio en Madrid después de muchos amagos, inició así un nuevo recorrido por un universo nuevo.
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