Adiós a la última leyenda
Naviratillova puso punto final a su carrera tras caer con Sabatini en primera ronda
MANEL SERRAS El día de su despedida, Martina fue capaz de mantener la cabeza fría. Ésa fue una de las constantes en toda su carrera tenística. Pero no en su vida personal. Las lágrimas de Navratilova conmovieron a los espectadores de Wimbledon y del Open de Estados Unidos en muchas ocasiones. Eran de alegría o de tristeza. Sin embargo, ayer no acudieron a sus ojos. Mientras, la mitad de las 17.131 personas que casi llenaban el Madison Square Garden humedecían sus párpados. Martina se mantenía serena, controlando la situación, sin dejarse vencer por la emoción. Pero cuando una bandera de dos metros de largo por uno de ancho de color rojo, con una bola de tenis amarilla y con el nombre de Martina Navratilova, se levantó hasta incrustarse en el techo, entonces su emoción se desató y lloró.
"Ésta es la primera vez en la historia del Madison que un deportista que no es de baloncesto o de hockey cuelga su bandera", dijo el locutor antes de que atronara un aplauso monumental. Navratilova acababa de perder ante Gabriela Sabatini el último partido de su carrera profesional por 6-4, 6-2. Y tal como ella misma había elegido, era el momento de abrir el acto de su despedida.
Su adiós no fue tan espontáneo como el de Jimmy Connors en Roland Garros, Winibledon y el Open de Estados Unidos. Fue algo más premeditado, más preparado, previsto. Y quizá por eso Martina lo vivió con una intensidad controlada. Antes de que se iniciara su partido de la primera ronda del Masters, la cantante Melissa Etheridge interpretó el himno americano con un silencio acogedor.
Después, cuando Martina entró en la pista el Madison estalló. Y no se apagó ni siquiera cuando la tenista argentina le demostró a Navratilova que su tiempo ya había pasado. "Si hubiera podido escoger a una rival para mi despedida habría elegido a Gabriela", dijo Martina, en un claro reconocimiento a la calidad tenística y humana de la jugadora argentina. "Quería que esta semana terminara. Ahora estoy emocionada y se me vienen muchas cosas a la cabeza", declaró, "aunque durante el. partido estaba demasiado ocupada en jugar como para sentir algún tipo de emoción. Y, entonces, llegó la pelota de partido. Pensé: 'O. K., éste va a ser el último punto de mi vida". Ambas se abrazaron en la red y Martina desapareció de la pista.
Un vídeo con imágenes retrospectivas de Martina apareció después en las pantallas de la sala. Y el público fue mostrando sus preferencias. Aplausos cuando Chris Evert y Billie Jean King hablaron de su amiga. Silencio sepulcral cuando apareció Pam Shriver y Andrea Jaeger.
Pero los momentos culminantes se produjeron más tarde: cuando Martina regresó a la pista; en el momento en que le regalaron una motocicleta Harley Davidson -con la inscripción Virginia Slims en lugar de la marca-; y, sobre todo, cuando se izó la bandera de Navratilova. Despés fue ella la que rindió homenaje a todos aquellos que le habían ayudado en su carrera.
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