"Un sabor muy especial"
Emilio Sánchez alaba la tenacidad de su hermana Arantxa
Arantxa es algo muy especial para mí. Primero, por ser la benjamina de la familia, y segundo, porque es una deportista nata, entregada a su triunfo con todo su entusiasmo. Es una gran profesional que no da tregua a sus rivales y está empecinada (seguro que lo logrará) en llegar a ser la número uno del mundo.Los que llevamos años luchando en el circuito profesional sabemos de la presión que se padece y lo difícil que resulta lo que a ojos de los demás puede parecer sencillo. El tiempo pasa a la velocidad del rayo, y no tienes margen para saborear todas las cosas que suceden a tu alrededor. Todo es muy efímero en este mundo de la alta competición deportiva, en el que tú eres el centro de las miradas, te sientes analizado desde, todos los ángulos de tu personalidad, y es lógico que tengas influencias del conjunto de personas que te rodea casi siempre.
Esas personas son necesarias en la carrera de cualquier profesional de élite, y es ese día a día el que te va forjando, como deportista y también como persona. Pasados algunos años vas tomando conciencia de todo el proceso en el que has estado inmerso y es entonces cuando empiezas a discernir con más claridad tanto los hechos como a las personas.
"Mi propio reflejo"
Al pensar en Arantxa, me veo a mí mismo compitiendo con más ilusión que nunca. Y valoro de forma muy positiva mi último periodo, pues he tenido la enorme suerte de darme cuenta del cariño que muchas personas sienten por mí. Es precisamente cuando has tenido todos los reconocimientos, cuando estás en condiciones de poder valorar la autenticidad de otras personas que, quizás por sus valores menos superficiales, se quedan prudentemente en un segundo plano, aunque siempre notas su presencia. Algunos de ellos han sido una gran ayuda para mí. Y me han animado a seguir luchando en un año, como éste, en que mis resultados no han estado al nivel que yo deseaba.
Estoy trabajando muy duro para poder dar, como siempre, lo mejor de mí mismo, en un año en que el tenis español está viviendo un momento histórico. Arantxa y Conchita son la segunda y tercera jugadoras mundiales; Sergi y Alberto están entre los 10 primeros, y contamos hasta con 11 jugadores entre los 100 primeros de la clasificación de la ATP. ¡Qué lejos han quedado aquellos tiempos en los que yo era el único punto de referencia del tenis español!
Muchos jugadores me han dicho que he sido un estímulo en su lucha para abrirse camino hacia el triunfo. Me proporciona una enorme satisfacción saber que he podido ayudar indirectamente a que algunos de ellos estén ahí.
Arantxa y yo siempre hemos tenido una relación de mucho cariño. En una primera etapa yo era su ídolo a imitar. Después, me convertí en su hermano mayor. En estos momentos, creo que mantenemos una relación de amistad y, además, podemos conversar como dos profesionales.
"Me encanta ser su apoyo"
A ella le gusta mucho contarme sus cosas. Y yo estoy encantado de poder ser para ella ese apoyo real, que le haga valorar que lo más importante en la vida es ser persona, por encima de títulos y de éxitos.
Creo que mis hermanos y yo siempre hemos tenido claro este aspecto, y que nuestro comportamiento dentro y fuera de la pista y nuestra sencillez han sido dos constantes de nuestra carrera.
Arantxa tiene a su alcance la posibilidad de llegar a lo más alto del tenis: le falta un último eslabón. Creo que lucha y se prepara cada día para cuando llegue ese momento. Me gustaría que no olvidara que son muchas las personas que han estado a su lado a lo largo de todo el camino, que ha recorrido, y que son sus gestos de cariño y generosidad la moneda con la que nos sentimos pagados las personas que la queremos de verdad.
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