Wilma Rudolph, campeona olímpica

Wilma Rudolph, la ganadora de tres medallas de oro olímpicas que de pequeña había padecido poliomielitis, falleció el pasado sábado en su domicilio, a los 54 años, de un tumor cerebral que le había sido detectado el mes de julio pasado cuando se desmayó mientras pronunciaba un discurso en Atlanta.Nacida el 23 de junio de 1940 en Saint Bethlehem, Tennessee, fue la hija número 20 de una familia que tuvo 22 hijos. A los cuatro años sufrió una neumonia, poco después una escarlatina y luego una poliomielitis que le dejó la pierna izquierda más corta y la obligó a llevar un aparato ortopédico que a los nueve años sustituyó por una bota especial. Siete años más tarde, no sólo era una de las mejores jugadoras de baloncesto de Tennessee, sino que ganaba una medalla de bronce en una carrera de relevos en los Juegos Olímpicos de Melbourne, Australia, de 1956.

Sin embargo, el gran éxito de la que empezó a ser conocida como la gacela negra fue en los Juegos Olímpicos de 1960 en Roma, donde igualó el récord mundial de 11,3 segundos en los 100 metros, consiguió el récord olímpico con 23,2 en los 200 metros y de nuevo el récord mundial en la carrera de relevos de los 400, con 44,4.

Desgraciadamente, en una época en la que los atletas no podían legalmente recibir dinero por sus actuaciones, Wilma Rudolph se retiró con 22 años, cuando posiblemente no había llegado a la cumbre de sus posibilidades deportivas.

A partir de entonces, ocupó los puestos más diversos: embajadora en misiones de buena voluntad de Estados Unidos en África, ayudante administrativa en la Universidad de California, ejecutiva sucesivamente en un banco de Nashville, en un hospiltal de Nashville y en una compañía de Indianápolis. Pero para ella su mejor creación fue el establecimiento en Indianápolis de la fundación Wilma Rudolph, una organización benéfica dedicada a enseñar a vencer los obstáculos a los niños sin recursos.

Divorciada dos veces, deja dos hijos y dos hijas.- .