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Cara y cruz para las dinastías de EE UU

Los Kennedy ríen, lloran los Rodham y los Bush se consuelan

Los Kennedy se consolidan como el principal -¿el único?- capital político que le queda al Partido Demócrata. Los Rodham, la familia de la primera dama, no consigue el reconocimiento del electorado. Y los Bush, con una de cal y otra de arena, hacen su incursión en la historia del republicanismo. Las batallas de familias libradas en las elecciones del martes han tenido resultados diversos.Cinco miembros del clan Kennedy se exponían a la voluntad de los electores, y cuatro de ellos -quizás también el quinto- salieron adelante con éxito.

Edward Kennedy, el patriarca de la familia a sus 62 años, ha pasada más de la mitad de su vida en el Senado, y seguirá allí hasta el próximo siglo, después de haberse desembarazado con gran facilidad del millonario republicano Mitt Romney. Aunque castigó a Bill Clinton, el electorado no quiso someter al alma colectiva de la nación al desamparo que hubiera supuesto la ausencia de Ted de Washington.

Su sobrino Joseph, de 42 años, el hijo del asesinado Robert, no tuvo adversario para renovar su escaño en la Cámara de Representantes. Y mientras, Patrick, el hijo de Ted, se estrenó con éxito en su intento de obtener, a los 27 años de edad, un puesto en la Cámara baja por el Estado de Rhode Island. Su victoria supone el ascenso de una tercera generación de Kennedy a la vida política de Estados Unidos.

En Maryland, Mark Shriver, de 30 años, otro sobrino de Ted, consiguió un escaño en la Cámara de Representantes local. En la cuerda floja estaba todavía ayer Kathleen Kennedy, de 43 años, la hija mayor de Robert, que se presentaba como vicegobernadora de Maryland.

Menos suerte tuvo el hermano de Hillary Clinton, Hugh Rodham, que perdió ampliamente frente al republicano Connie Mack por un escaño en el Senado por Florida. Rodham, un abogado que hacía su primera incursión en la política, defendió un programa marcadamente progresista apoyado expresamente por la primera dama y por el presidente.

El apellido Bush sobrevivió en el terreno más difícil, Tejas. George Bush, hijo mayor del último ex presidente, derrotó a la actual gobernadora de ese Estado, Ann Richards, quien nunca había perdido unas elecciones y que estaba considerada como una de las mujeres más populares del país y uno de los pesos pesados del Partido Demócrata. George Bush derrotó también indirectamente al millonario tejano Ross Perot, que había pedido a sus seguidores el voto para Richards.

Un demócrata conservador, Lawton Chiles, sin embargo ' le cortó el paso a otro hijo de Bush, Jeb Bush, que no pudo cumplir su deseo de ser el nuevo gobernador de Florida.

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