"Aquí entran y salen entrenadores como Pedro por su casa"
Diego Barragán, ayundante de Francisco Maturana en el Atlético de Madrid, renunció a continuar por solidaridad cuando el técnico colombiano fue destituido. Ahora, habla de su experiencia en el club.
Creyeron poder acabar con el maleficio que persigue a los entrenadores del Atlético. Pero no. Francisco Maturana y Diego Barragán, su ayudante en la parcela física, fueron apartados del banquillo después de tan sólo nueve jornadas ligueras de trabajo. Los resultados (5 puntos de 18 posibles) pudieron con ellos. Maturana guarda silencio tras su salida. Como parte de su equipo de trabajo, Barragán no tiene inconveniente en defenderle. Y de paso, criticar la política por la que se rige el Atlético de Madrid.Pregunta. Maturana insistía en no querer ser prisionero de los resultados, pero al final lo fue.
Respuesta. En este club son apresurados. Y las prisas nunca condujeron a nada positivo. Al contrario, llevan a equivocaciones permanentes. Los jugadores acaban entrando en un estado involuntario de desidia: mañana se irá éste y ya vendrá otro. El club apostó fuerte por nosotros, pero de pronto se puso nervioso. Este equipo estaba aún en proceso de aprendizaje.
P. Pero esta institución, y ustedes ya lo sabían, jamás concede tiempo a sus técnicos.
R. Es malo tomar una imagen internacional como la que está tomando el Atlético de Madrid. Aquí entran y salen entrenadores como Pedro por su casa. Eso no es bueno para el club y va a tener que rectificar. La historia no miente. Y dice que este club, cuando lo tuvo Vicente Calderón, ganó ligas y hasta una Copa Intercontiental. En los ocho años que lleva Gil, sólo ha ganado dos Copas del Rey. El suyo no es el camino correcto.
P. ¿Los fútbolistas acaban confundidos con tanto cambio?
R. Ese es un punto. Pero lo peor es que el jugador sabe lo que va a pasar y se acomoda. Tanto al que le va bien como al que le va mal. El futbolista, en realidad, está con una tranquilidad total porque sabe que el entrenador no manda. El Atlético de Madrid no funcionará hasta que venga un técnico con tres años de contrato que pueda hacer y deshacer. Cruyff o Víctor Fernández son el ejemplo.
P. Se les acusó de tener diferencias con la plantilla.
R. Se han hecho demasiados rumores sobre este tema. Primero, no creo que un jugador entre al campo a tratar de perder. Y luego, lo de las diferencias tácticas son excusas. A todos se les dio la oportunidad de decir lo que les gustaba y lo que no. No fue cuestión del sistema, sino del nivel futbolístico de cada uno. ¿Quién jugó bien ante el Betis o ante el Celta?.
P. Se les acusó de imponer un sistema contrario a las características de los jugadores.
R. Las diferencias siempre las marcan los jugadores. Si un jugador sabe jugar al fútbol se puede adaptar a cualquier sistema. No se te pueden pedir cosas a los que no sepan pegar al balón o tirar un córner. A los demás, sí. El fútbol no tiene misterio.
P. Pero, ¿no son jugadores más dados a conducir el balón que a tocarlo y tocarlo?
R. No creo. Las ideas de Maturana sólo comprometían en defensa: cuando no se tiene el balón hay que recuperarlo. Y para ello, lo más fácil es juntarse. Cuando vuelves a tener la pelota hay que divertirse con ella. Los de adelante no tenían necesidad de pensar en la parte táctica, sólo en jugar al fútbol. Eso ya depende de la creatividad del futbolista, sea con un toque o con mil. El fútbol lo imponen los buenos jugadores, no la táctica.
P. Se les acusó de dar demasiada importancia al jugar bien.
R. Vendrá algún entrenador que dando patadas y tirando el balón para arriba, gane partidos. Y entonces a ese le darán tiempo. Pero el fútbol está cambiando para el espectáculo, para jugar al fútbol y no al pelotazo. El que hace trampas en los exámenes, va a ser un mal profesional. A la hora de la verdad, no va a rendir. En el fútbol el mejor camino también es el bien.
P. Se les acusó de recurrir en exceso a las buenas palabras.
R. Ni Maturana ni yo somos partidarios de sacar el látigo. En el año 30, a los hijos los educaban a palos. En el año 94, no. Por eso, no creo que a los futbolistas haya que educarlos a palos. Hay que utilizar el diálogo. Por lo menos, como primera vía. A mi hijo, hasta que no sea drogadicto, no le voy a dar palos. Ni aunque lo fuera.
P. Se les acusó de descuidar la motivación del futbolista.
R. Es discutible. Eso depende de los jugadores. Hay quien está satisfecho con el entrenador y quien no; hay a quien le gusta entrenar y a quien no; hay a quien le fascina entrar en la convocatoria y hay quien prefiere quedarse los fines de semana en casa... La gran motivación está en el fútbol. El simple hecho de viajar, de poder jugar ante 40.000 personas, debería motivar al futbolista. De todas formas, si el problema fuera la motivación habría que traer a payasos o malabaristas. La motivación está en el balón y en un campo abarrotado.
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