Informaciones para "cierta banda organizada"

Carlos Bueren, juez de la Audiencia Nacional, autorizó el año pasado la intervención de los teléfonos de varias personas residentes en Barcelona porque la policía sospechaba que podía tratarse de la banda criminal que estaba mandando paquetes bomba a empresarios desde 1987. Los teléfonos pertenecían a Miguel Ruiz Martínez, El Lobo, infiltrado en su día en ETA por encargo del Cesid; el ex guardia civil y ex miembro del Cesid Manuel María Sánchez, y el ex coronel del Cesid Fernando Rodríguez.En esos informes, incluidos en el correspondiente sumarlo, se indicaban nítidamente las hipótesis policiales sobre el grupo: realizan pinchazos ilegales para obtener informaciones "para utilizarlas o facilitarlas a cierta banda organizada, pudiendo afectar a la integridad física o a sus bienes patrimoniales"; "obtienen dinero a cambio de no facilitar la información privada obtenida por escuchas ilegales o la amenaza de comunicarlo a bandas armadas"; "se presume que podrían. estar relacionados con una serie de atentados llevados a cabo desde 1987 y no reivindicados". Con respecto a este último dato, la policía citaba en el informe todos los envíos de paquetes bomba.

El control policial sobre esas personas no arrojó resultados sobre el objetivo inicial de la investigación -el envío de paquetes bomba-, y sí acabó descubriéndo la red de escuchas ilegales que afectó a varias empresas, entre o tras la del diario La Vanguardia. Los tres citados fueron detenidos.

No se obtuvo prueba alguna de la relación de estos arrestados con la banda de asesinos profesionales, pese a que sí evidenciaron una clara agresividad contra sus víctimas. En una conversación grababa por la policía hablan El Lobo y él coronel Rodríguez y, en un momento dado, éste comenta que, para inquietar a Javier de Godó, editor del citado diario, no hay que escatimar medios: "Y si es necesario, pues a lo mejor tiene que cambiar de coche porque se le prende fuego solo, ¿comprendes? o sea que hay muchas, muchas maneras de ponerle nervioso".

"Es una . canallada atribuirle al Lobo, el hombre que más ha hecho contra el terrorismo, que él o su grupo esté detrás de los paquetes bomba" afirma su abogado, José María Fuster.

Fuster niega que sus clientes tengan conocimientos para confeccionar artefactos. No obstante, en 1992 los servicios de información detectaron dos contactos de El Lobo con un artificiero.