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'De rositas' De la Rosa y basureros

El autor describe cómo se vio envuelto en una complicada trama económico-política próxima al entorno de Javier de la Rosa, que acabó con una querella contra el candidato de AP a la presidencia de la Generalitat.

El señor Pedro Schwartz firma en EL PAÍS, el 22 de octubre de 1994, un artículo titulado De rositas, en el que, tras referirse a nombres tan desgraciadamente desagradables para mí como De la Rosa, Bueno y Piqué, Vidal, escribe textualmente: "Eran los tiempos de Bueno (que ayudó a De la Rosa en sus negocios de Garriga Nogués y de Tierras de Almería), de, Alcaraz, al que llamábamos Alcatraz y no porque fuera. un pájaro". ¿Cómo se puede llegar a tanta bajeza? Porque usted sabe que fui yo el que interpuse la querella. Yo fui el denunciante, no el denunciado.En la querella contra Bueno no se citaba a De la Rosa, pero sí se destapaban los manejos de la Banca Garrigues Nogués y de Tierras de Almería, ya en 1981, en que se presentó. La querella durmió en el juzgado, no sé por qué, hasta finales del 83; entonces, Alianza Popular (AP) nominó a Bueno como presidenciable para las elecciones autonómicas de Cataluña, y aumentaron las presiones para que la retirara.

Se me ofreció ser el número cinco en las listas de AP, un número elevado en CiU, con sejero en alguna gran empresa.. Hasta usted, señor Schwartz, cometió la ligereza de llamarme secretario general de su fracasada Unión Liberal. Como no cedí, "alguien" con feccionó un dossier absoluta mente falso en el que se me calificaba de "destacado miembro de la Mafia (¡precisamente ellos!)" y me atribuían "numerosos delitos". La Banca Garriga Nogués, con una letra con mi aval falsificado, consiguió un embargo preventivo de todos mis bienes. ,Tal embargo se acompañó al dossier calumniador y se envió a todos os bancos con los que mi pequeña empresa trabajaba y dieron por vencidos anticipadamente sus créditos avalados por mí. Tuve que malvender para- pagar.

Y las instituciones, partidos, ¿cómo reaccionaron? Pues como dice el señor Schwartz, a mí me llamaban "Alcatraz", y al querellado y su socio, "presidenciable y gran financiero". Y es que pasaba algo más. Yo era un independiente y si cesaba como vicepresidente de CEPYME acallarían la voz reivindicativa de las pyme; al cesar como vocal de CEOE quedaba Foment como único representante catalán; cesando como presidente del IMPI se facilitaba su transferencia a la Generalitat; cesando como presidente de las SGR se eliminaba al instigador de las plataformas contra la banca; y si también cesaba como presidente de UPIMEC quedaría una única organización en Cataluña, la PlMEC de CiU... Todo aquello ocurrió. Asqueado, dimití.

La situación se hizo agobiante. Pretendí ver al juez y no me recibió, pero sí lo hizo el fiscal, don José María Mena, que estudió la querella e instó el procesamiento del querellado, presidente del partido AP. El asunto estalló. Los presidenciables y candidatos de CiU y AP pactaron que no se hablaría ni de esta querella ni de Banca Catalana.Y acabó como entonces tenía que acabar (quizá hoy sería diferente). El querellado y su abogado, señor Piqué Vidal, nunca negaron la veracidad de las operaciones denunciadas; su defensa se basó en que las pruebas presentadas (copias autentificadas de las actas) no podían ser consideradas documentos. Y el juez decidió el archivo de la causa, de manera "extraña", según declaración del fiscal Mena, no pudo recurrir.

Yo sufrí años hasta conseguir las sentencias a mi favor por el dossier y la Garriga Nogués. Se levantó el embargo y se acreditó la falsedad del dossier, condenándose a Perálvarez Capmany y Fossati. No pudo probarse la participación de sus jefes. De las sentencias citadas envié copias a cuantos sabía que poseían el dossier calumniador, entre ellos al señor Schwartz, pero... "calumnia, que algo queda".

Fulgencio Alcaraz es empresario y fue responsable de la pequeñas y medianas empresas de Cataluña.

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