El viento se adueñó del balón en la Dehesa Boyal
El Fuenlabrada superó mejor que el Sanse las inclemencias
El invierno va a ser muy crudo en el Polideportivo de la Dehesa Boyal, de San Sebastián de los Reyes. La situación del nuevo campo del Sanse no invita al confort. Su peculiar localización (en una explanada sin protección) invita a que las precipitaciones climatológicas monten allí una fiesta con profusión de lluvia, frío, nieve y derivados. Ayer apareció el viento. Mientras los espectadores trataban de contener su peinado de sábado, el balón volaba sin control. Consecuencia: el Fuenlabrada se adaptó mejor al vendaval y confirmó el declive del Sanse.El Sanse ha visto la realidad en estas tres últimas jornadas. Hasta entonces vivía un sueño que le colocó en la cabeza de la clasificación. Le debió dar miedo mirar desde allí arriba. En menos de un mes ha encadenado tres derrotas y ya camina Por mitad de la tabla, su sitio más natural y lógico.
La fuerza del aire
El viento se apropió del balón desde el primer minuto. Los viajes de la pelotita llegaron a tal punto que la chavalería local comenzó a inventar cánticos. El más celebrado fue "Paco Lobatón, ¿dónde está el balón?". El Fuenlabrada consiguió controlar el cuero los primeros minutos y achuchó a los locales con cuatro saques de esquina seguidos. Nada importante con vistas al gol. El viento podría ser un aliado excepcional. El Sanse lo comprobó en su primera jugada de ataque. Juan Padilla sacó una falta directa desde fuera del área y el balón llegó zizagueando hasta la portería de Juanvi, que con muchas dificultades tocó el cuero para que éste diera en el palo. Durante el primer periodo fue imposible jugar: el molesto inquilino soplaba sin cesar. Antes de finalizar, el Fuenlabrada también tuvo una clara oportunidad que Labella desperdició.
La segunda parte dejó las cosas claras muy pronto. El defensa sansero Nando se ganó la segunda cartulina amarilla por una entrada desmesurada. Era el minuto 1 del segundo tiempo y aquello se cubría de azul, el color del Fuenla. El equipo visitante comenzó entonces a dominar la ventisca. En tres minutos se decidió la suerte del derby. En el 57, Flores acertó a templar una buena jugada de contraataque que acabó en gol. En el minuto 60, el colegiado expulsó al defensa local Juan Díaz por un presunto codazo a un contrario.
El Fuenlabrada lo tenía fácil: se enfrentaba a un equipo con nueve jugadores y llevaba un gol de ventaja. El público comenzó a apostar: ¿a cuánto ascenderá la goleada? Un espectador dijo tres; otro, cinco, pero ninguno acertó porque los delanteros del Fuenlabrada fallaron estrepitosamente. Peces, Labella y Cañadas diluyeron la posibilidad de una goleada. Finalmente, el ex jugador del Leganés Peces marcó un excelente gol. No hubo para más. A resguardarse, que el invierno en la Dehesa va a ser parecido al de Moscú.
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