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Acto de fe a costa de la NBA

El Joventut pierde, pero da espectáculo como el Golden State

Robert Álvarez

La NBA ya no levita. Está por encima, pero el baloncesto europeo es capaz de divisarla en el horizonte. Cada vez se observa menos aire celestial en la suficiencia de los jugadores americanos. Son mejores, lo saben hacer y vender con más estilo, pero tendrán que aprender de una vez que algunos jugadores europeos se la pueden dar con queso. El Joventut desenrolló la alfombra, pero no como acto de pleitesía, sino por pura urbanidad.El Joventut aprovechó la lúdica y poco habitual jornada -fue el primer amistoso que jugó un equipo de la NBA en España, Open McDonald's al margen- e hizo un acto de afirmación en su colectivo y, sobre todo, en la calidad intrínseca de varios de sus jugadores: Tomás Jofresa, Villacampa, Albert... De acuerdo, el Golden State ganó, por una diferencia abultada si se quiere, pero tuvo que sudar; caliente por la exigencia física, frío por el miedo que le metió en el cuerpo el Joventut durante varias fases del segundo cuarto.

Cierto es que el Golden State -en plena pretemporada- no está en su mejor momento, que le faltaban jugadores de la talla del pívot Chris Weber y que no les dio excesivos minutos a sus titulares. Tan cierto como que el Joventut tampoco está pletórico, que Morales reapareció con más ilusión que posibilidades tras una larga lesión y que el partido fue el sexto en la serie de 10 que completará en 23 días el próximo 29 de octubre.

Atenuantes al margen, el Joventut ayudó ayer al proceso de normalización del baloncesto NBA en Europa. Lo que separa ambos conceptos se está quedando cada vez más en los fundamentos individuales de los jugadores. La potencia, la rapidez, los recursos técnicos de Mullin, Hardaway, o Sprewell marcan la diferencia. Pero el sentido táctico, el descaro, la habilidad y la astucia -¡qué cándidos son a veces los jugadores americanos!- se reparten cada vez con mayor igualdad.

Los equipos de gala protagonizaron un primer cuarto monocorde en el que los americanos marcaron una diferencia de punto por minuto. Fue cuando mejor se observó la disparidad en la forma de coger el balón, de atrapar el rebote, de pasar, de intercambiarse en los marcajes, de conseguir llegar al contraataque o de taponar un lanzamiento en superioridad numérica entre unos y otros.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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