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SÉPTIMA JORNADA DE LIGA

El Sevilla vuelve a fracasar en el Sánchez Pizjuan

El Sevilla esta gafado en su estadio. Cuatro partidos y sólo una pírrica victoria ante el Logroñés En el Sánchez Pizjuán están de saldo, y menos mal que los sevillistas trabajan a destajo fuera de Nervión para entregar luego en casa todo lo que ganan. Ayer fue el Athletic de Irureta el que se llevó el punto conquistado por los de Aragonés en San Sebastián La afición, sin embargo, quedó más o menos contenta. Una ristra de ocasiones locales en los siete últimos minutos enmascararon un pobre partido que quedará pronto en el olvido.Y es que el Sevilla tuvo ayer suerte, astucia e infortunio Suerte al salir indemne del penalti ejecutado por Garitano a los ocho minutos de juego. Astucia, sobre todo la de Suker para distraer a la grada y responsabilizar al trencilla del mal juego. E infortunio cuando en los minutos finales disparó a discreción y no encontró puerta.

Pese a ello el Sevilla debe poner remedio a dos aspectos claves: su organizador y su único delantero de garantía. El croata del Sevilla atraviesa una crisis de juego que se agrava por sus repetidas ausencias internacionales y su interés por abandonar el Sevilla. Ayer incluso intentó abanadonar el campo antes de tiempo al confundir la tablilla del 6 con el 9 de su dorsal. Suker se sacó de la manga, con gran argucia, una estrategia extradeportiva que no convenció a la resignada parroquia sevillista, y provocó la sensación de que los males del equipo comienzan porque los árbitros le tienen manía.

Así, con el partido 0-0, su equipo castigado por un penalti de los que se califican de innecesarios, sin ligar una mala jugada, y Gracia Redondo ejerciendo de dogmático, el delantero sevillista buscó faltas donde no las hubo y no paró de protestar, arriesgando la tarjeta e incluso una nueva autoexpulsión, hasta que Luis Aragonés saltó del banquillo y le ordenó ostensiblemente que se callara.

El Athletic, tras el error de Garitano y a la vista de que su rival disparaba con salvas, optó por el camino más corto para sumar un punto y otro positivo a su cuenta. En la segunda mitad el equipo de Irureta practicó el frontón mientras el Sevilla ejercía de pelotari malo. Los largueros en encargaron además de que ni Althletic ni Sevilla justificaran el partido con una jugada aislada, y repelieron una volea de Alkiza y un cabezazo de Diego, con la hora cumplida y la afición bastante confundida.

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