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El Tour tira la toalla

El recorrido para 1995 vuelve al diseño clásico y se olvida de torpedear a Induráin

Enric González

Serán 3.535 kilómetros desde las playas de Bretaña hasta los Campos Elíseos de París, con una crucial etapa de montaña, el 18 de julio, en los Pirineos. El trazado del Tour de Francia 1995, presentado ayer en París y más breve que el anterior, es clásico" según los organizadores, "parecido al de l993" según el gran favorito Miguel Induráin y , más imparcial que en l994" según el director del equipo Banesto, José Miguel Echávarri. La 82a edición del Tour puede concluir en la quinta victoria consecutiva de Induráin y elevar al ciclista navarro a una categoría jamás alcanzada por nadie.El Tour de 1995 se presentó ayer en París bajo el signo de la contención. Habrá 500 kilómetros menos que el año pasado y se limitará el número de vehículos publicitarios y de periodistas. "No queremos que el gigantismo acabe con el Tour", afirmó Jean Marie Leblanc, director de la prueba.

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Las etapas contra el reloj se han reducido "al mínimo posible" según la organización, lo que en principio debería perjudicar a Miguel Induráin, el mejor contrarrelojista del mundo. Sólo habrá 100 kilómetros para competir individualmente contra el cronómetro, distribuidos en dos etapas: la octava, justo antes de iniciar el ascenso a los Alpes, y la decimonovena, ya al final de la carrera. Pero esa interpretación tiene trampa: en realidad 100 kilómetros es una distancia normal, pero superior a la de 1994, año en el que la contrarreloj llana se limitó a una etapa, de algo más de 60 kilómetros. Induráin asistió a la presentación, y exhibió su habitual laconismo: "El trazado es clásico y creo que me irá bien. Los Pirineos serán este año mucho más duros que los Alpes y encerrarán la clave del Tour". Ese fue, en resumen, todo su comentario.

La montaña también ha sido más dosificada que en el pasado Tour, cuando la sobredosis de pendientes estuvo a punto de cribar el pelotón y reducirlo a una cuadrilla de escaladores encabezados por el impertérrito y polivalente Miguelón. "El trazado de 1994 se hizo a la medida de Tony Rominger, aunque luego el propio Rominger fuera la primera víctima" comentó José Miguel Echavarri, director del equipo Banesto. "El de l995", siguió Echavarri, "es más imparcial, en el sentido de que favorece y perjudica a todos. Un trazado es como un guión: hay que interpretarlo. Y el mejor intérprete es el que gana".

Ni Induráin ni Echavarri quisieron aventurarse a citar nombres de los rivales más directos. "Faltan muchos meses, y hasta mayo o junio no podrá saberse quién está más en forma", comentó el ciclista. El técnico tampoco adelantó sus planes sobre la participación en otras carreras: "Podemos hacer como otros años y correr el Giro italiano para preparar el Tour, o bien hacer la preparación en otras pruebas. Eso no está decidido. En principio la Vuelta a España es descartable, porque buscamos alcanzar la mejor forma en julio, durante el Tour. Pero puede ser que fracasemos en Francia y queramos ir a por la Vuelta. Ya veremos", comentó Echavarri.

El Tour de 1995 empezará con un prólogo contra el reloj de sólo siete kilómetros el sábado, 1 de julio, junto a las playas bretonas. Se llaneará con tranquilidad hacia Normandía, el paso de Calais y Bélgica durante siete etapas y, tras un vuelo desde Lieja a Ginebra (Suiza) y un desplazamiento en autocar hasta el pie de los Alpes, dará comienzo el tramo decisivo.

La octava etapa será la primera contrarreloj, y la novena la primera montañosa. Los picos de los Alpes y los Pirineos se encadenarán sin descanso hasta llegar a la etapa número 15, el martes 18 de julio. Ahí debe quedar todo claro. La etapa unirá el Col du Portet d'Aspet (1.069 metros), el Col de Mente (1.349 metros), el Col de Peyresourde (1.569 metros), el Col d'Aspin (1.489 metros) y el Col du Tourmalet (2.115 metros), para acabar en la cuesta de Cauterets y el pico de Pont d'Espagne, junto a la frontera española. La excepcional etapa tendrá una llegada igualmente excepcional, en un parque natural al que no podrá accederse en automóvil.

La última baza de Induráin, si la clasificación está ajustada, será la contrarreloj en el circuito de Lac de Vassiviere, el sábado 22 de julio. Ahí podría rebajar algunos segundos si le hicieran falta. Tras esa etapa sólo quedará subir al tren para llegar a las cercanías de París y, al día siguiente, enfilar la recta final de los Campos Elíseos.

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