"Añoraba el clima y la luz de Madrid"

Marco Berriel, nacido hace 32 años en Uruguay, ya corría por la calle Mayor a los siete años. La profesión de su padre, actor, fue lo que motivó su amor por el mundo de las artes. La danza se convertiría en la pasión de su vida. Sus ojos son verdes y marrones, según la luz del día, tiene un rostro expresivo y su cuerpo es ágil y rápido. Tras años en la escuela belga de Mudra pasó a formar parte de una de las compañías más importantes del mundo: el Ballet del Siglo XX, de Maurice Béjart. En Madrid, la ciudad de su corazón, trata de desplegar todos sus conocimientos por medio de las coreografías, faceta por la que ha recibido varios premios. También trabajó para Lindsay Kemp Company como maestro de baile y compartió con él el papel protagonista en Alice y Flowers. Ahora presenta La escala, un espectáculo de cosecha propia, por la periferia de Marid dentro del programa del Festival de Otoño.Pregunta. ¿Qué tipo de enseñanzas se reciben en una escuela como Mudra?

Respuesta. La escuela es muy buena porque aprendes muchas disciplinas: música, danza, teatro... eso te abre un abanico de posibilidades. Y formar parte de la compañía del maestro Béjart fue una experiencia muy gratificante.

P. ¿Por qué regresó a Madrid sabiendo que la situación aquí era precaria?

R. Sí, me vine a España, algo que era y sigue siendo bastante duro en mi profesión. Salvo en este espectáculo, no he tenido ninguna ayuda ni subvención. Sabía que iba a ser difícil y lo he tenido que hacer todo a pulmón. Además, añoraba el clima y la luz de esta ciudad donde crecí.

P. ¿Cómo conoció a Joaquín Cortés?

R. Yo no le conocía. Tuve una idea para hacerun ballet sobre el Diálogo del Amargo, de Lorca, y pensé en fusionar el flamenco y la danza contemporánea. Me hablaron de Joaquín y me puse en contacto con él. Entonces monté Romance amargo, que representamos juntos.

P. ¿La fusión del flamenco y el contemporáneo creó un estilo?

R. Pues no sé. Lo que sí es verdad es que, después de esta experiencia, Lola Greco, Merche Esmeralda y más gente del mundo del flamenco me pidieron coreografías basadas en esta mezcla de danzas al unísono.

P. ¿Cuál es su método de trabajo?

R. Normalmente busco la historia, y a partir de ahí elijo las músicas. Ahora estoy detrás de historias que atañan al ser humano, busco algo positivo. Estoy harto de los dramas.

P. ¿Cómo puede compaginar el baile con otras actividades?

R. El baile no lo considero un trabajo, es más una manera de vivir. La vida, en general, nutre mi trabajo: la música, la literatura, el cine. Y siempre encuentras tiempo si realmente te interesa.

P. Viaja mucho y conoce muchas ciudades, ¿con cuál se queda?

R. Madrid es mi centro, aquí tengo mi base de trabajo. Me encanta esta ciudad y estoy muy ilusionado con esta gira por los pueblos de la periferia.

P. ¿Cuáles son sus personajes favoritos?

R. De pequeño eran los futbolistas como Pelé. Ahora no soy nada mitómano. Como personajes históricos me quedo con Jesucristo y Mozart.

La escala, danza para una ascensión. Hoy, a las 20.00, en el teatro de Móstoles (plaza de la Cultura, s/n, 618 30 14). Entradas: 600 y 900 pesetas. Día 8, en el teatro Centro de Navalcarnero (811 02 71). Día 22, Casa Municipal de Cultura de Majadahonda (639 10 74).