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Camdessus confía alcanzar un acuerdo en las próximas semanas sobre la polémica emisión de nuevos DEG

Michel Camdessus, director gerente del Fondo Monetario Internacional, ofreció ayer una muestra de cómo la mejor defensa es un buen ataque. Tras el inédito espectáculo de bloqueo que ofreció el pasado domingo el comité interino del FMI al posponer cualquier acuerdo para una emisión de derechos especiales de giro (DEG) y una ampliación de las ayudas especiales para los países del Este, Camdessus reiteró ayer su propuesta inicial, dijo que le apoyan muchos países miembros y vaticinó un acuerdo sobre este espinoso asunto, en las próximas semanas".

El apoyo que Camdessus dice haber recibido se resume en la siguiente frase de su discurso de clausura de la asamblea de Madrid: "Todos los países miembros del Fondo] comparten mi esperanza de que en las próximas semanas se alcance un acuerdo sobre el paquete [fundamentalmente, los DEG], que ayude a hacer frente a las necesidades financieras de muchos de los países con economías en transición o en desarrollo". Después, añadió que, "con esperanzas fundadas", confía que el acuerdo "sobre el paquete" se alcanzará "en las próximas semanas".

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Se da la circunstancia de que el estrepitoso choque que se produjo el domingo en el comité interino entre los países más ricos, agrupados en el Grupo de los Siete y liderados por Alemania, y buena parte de los restantes, liderados por los menos ricos que aglutina el Grupo de los 24, llevó a que el encargo para pactar algún posible acuerdo no recayera sobre Camdessus, que es el responsable del Fondo. El comité interino encargó el domingo a su presidente, el belga Philippe Maystadt, que realizara nuevas consultas y convocara una nueva reunión "cuando considere que las perspectivas de resolución de estas cuestiones sean favorables".

Ese día, ni Maystadt, ni los representantes de las principales delegaciones, ni, por supuesto Alemania, veían posibilidades de que pudiera alcanzarse algún acuerdo antes de la próxima reunión de primavera en Washington. Ayer, Camdessus dijo que "pese a las diferencias en la magnitud y las modalidades de la asignación, en las próximas semanas se alcanzará una solución definitiva y aceptable para todos". En todo caso, Camdessus reiteró que no coincide con quienes piensan -es decir, Alemania- que tal emisión sea inflacionista. También reiteró que su propuesta -36.000 millones de DEG de los que 16.000 se dirigirían a las economías en transición y el resto se repartirían según la cuota- está justificada porque es la cifra necesaria para mantener el peso de los DEG en las reservas de divisas mundiales. El ministro de Economía francés, Edmond Alphandéry, que ya había dejado entrever sus diferencias con el G-7, dio ayer un paso más. En una entrevista en Le Monde, afirmó que Francia está dispuesta a mediar para resolver la disputa.

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