El equipo ascensor
El Lleida ha ganado los cinco partidos disputados en la Liga y reclama ya su condición de equipo ascensor. Son esos clubes que suben y bajan, de Segunda a Primera, de Primera a Segunda, una temporada tras otra, en medio de los sobresaltos de sus seguidores. La patente de equipo ascensor fue durante muchos años de aquel Deportivo de La Coruña de Seoane, Bellod, Zugazaga, Cholo... un buen equipo, pero peor que el actual. El Lleida ha encontrado en Salillas -autor de otros dos tantos, en esta jornada frente al Real Madrid- a su matador, al protagonista de la ley del deseo del gol.Mientras, el Marbella cabalga por la Segunda sin la posibilidad de disputar ningún partido de rivalidad regional. La escuela andaluza, de fútbol imaginativo y macho, se ha sumido en la confusión. Cádiz, Granada, Córdoba, Real Jaén, Recreativo de Huelva, Almería... son tradicionales equipos de Segunda -y de Primera- que atraviesan ahora el inclemente desierto de la Segunda B. Alguno perecerá, como ocurrió con el Málaga. Los aficionados de Andalucía depositan su orgullo en el Sevilla y el Betis, y en un ídolo que sobrevive: Gordillo. Los clubes andaluces de Segunda se han quedado, pues, sin la referencia ideológica de los choques de rivalidad regional. El Marbella, para colmo, perdió ayer en un pobrísimo partido frente a un Orense herido por los cuatro expulsados de la pasada jornada. El Barcelona B. contó con Jordi Cruyff, descartado ayer por su padre, Johan, para jugar en el primer equipo. Jordi, que a despuntado con goles y estilo propio en este comienzo de temporada, habrá comprendido definitivamente la filosofía que el maestro Johan transmite a todos sus jugadores, y puede resumirse en lo que alguien escribió: "La fijeza es siempre momentánea".
El Mallorca, un grande de la categoría en busca de su propia identidad, plantó ayer una defensa de gran solera con la actuación, por primera vez juntos, de Mino y Serna, dos veteranos jugadores con denominación de origen procedentes del Real Madrid y del Barcelona, respectivamente. El Mallorca goleó al Palamós y mira tímidamente hacia arriba.
Los jugadores del Mérida y su técnico, Kresic, sufrieron durante la pasada semana un contratiempo molestísimo y nada épico: diarrea. El equipo, claro, acusó cierta debilidad frente al Rayo, pero triunfó.
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