"Hay unas líneas rojas que los islamistas se han comprometido a no cruzar"
Los responsables argelinos han pasado del silencio a hablar largo y tendido, probablemente con el propósito de contrarrestar la propaganda de sus adversarios islamistas. Cuando pasé en enero por Madrid, rehusó conceder entrevistas, pero ayer Salá Dembri, ministro argelino de Asuntos Exteriores, recibió a EL PAÍS durante casi una hora en la sede de la ONU en Nueva York.Pregunta. Los principales responsables del Frente Islámico de Salvación (FIS) han sido excarcelados, pero ¿cuándo se incorporarán al diálogo político promovido por el presidente Liamin Zerual?
Respuesta. El diálogo está abierto a todos aquellos que hasta ahora no han participado en el proceso de transición. Algunos de los excarcelados se encuentran en una residencia donde gozan de todo tipo de facilidades de comunicación, teléfono, fax... y pueden mantener todo tipo de contactos. Esperamos sus propuestas para sumarse al diálogo.
P. ¿Adónde debe conducir esa negociación y en qué plazos?
R. A la reanudación de un proceso electoral pluralista en un plazo que los participantes en el diálogo deben ellos mismos decidir, aunque esperamos rápido.
P. Tras 33 meses de violencia, ¿volvemos, pues, al punto de partida de enero de 1992, cuando quedó interrumpido el proceso electoral?
R. No exactamente. Se logró el 23 de agosto que el movimiento islamista acepte -y esperamos que lo confirme cuando elabore sus propuestas- las llamadas "constantes constitucionales", es decir, el respeto del pluralismo, las libertades fundamentales, los derechos humanos, el rechazo del uso de la violencia para mantenerse en el poder, etcétera. Hay unas líneas rojas que se comprometen a no franquear. Esto es la novedad. Todo lo demás es negociable. La agenda del diálogo político está abierta.
P. ¿Pueden los dos dirigentes históricos del FIS, Abasi Madani y Alí Belhay, imponer al conjunto de la guerrilla una tregua como lo propusieron por carta?
R. No puede haber diálogo mientras persista la violencia. Cada uno debe determinarse en función de sus propias responsabilidades.
P. Desde que tuvieron lugar las excarcelaciones se ha producido una reacción hostil al diálogo con el FIS de lo que podríamos llamar la Argelia laica y un rebrote del movimiento bereber en la Kabilia.
R. Es normal que aspiraciones divergentes aparezcan. Nuestra tarea como Gobierno es lograr una convergencia y una síntesis entre ellas. Nadie debe temer ser excluido del diálogo. En cuanto a la Kabilia, ha habido una cierta efervescencia. Hemos creado una. comisión nacional para estudiar las modalidades de introducción de la enseñanza de las lenguas bereberes, pero llevará algún tiempo poner en práctica decisiones que satisfagan su especificidad cultural.
Enfrentamiento con Marruecos
P. ¿Tardará mucho en cicatrizar el enfrentamiento de Marruecos y Argelia tras el atentado de agosto en Marraquech que costó la vida a dos españoles y del que Rabat responsabiliza a un servicio secreto argelino?
R. Ha habido cinco comunicados al respecto del Ministerio del Interior marroquí que se contradicen entre sí. El último acusa a un servicio secreto que dejó de existir hace seis años. Mientras tanto, nosotros esperamos el informe oficial marroquí que hemos solicitado por la vía diplomática. La caza a los argelinos, las humillaciones y el castigo colectivo impuesto a nuestros compatriotas residentes en Marruecos tras el ataque del 26 de agosto son indignos. El contencioso sigue abierto, pero para nosotros la Unión del Magreb Árabe sigue siendo una prioridad estratégica.
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