La apatía destroza al Real Madrid

SIXTO MIGUEL SERRANO, Al Real Madrid se le puede tachar de todo menos de traidor. Ya había avisado clara y reiteradamente en las jornadas precedentes de que no está para muchas alegrías. Ayer lo confirmó de la manera más nítida posible: perdiendo y, lo que es peor, dando la sensación de estar permanentemente fuera de sí.

Al margen de diversas consideraciones de orden técnico o estratégico, el equipo blanco destaca por su extrema apatía. A los jugadores madridistas les falta concentración y, ésta es la impresión que transmiten, interés por lo que hacen. Idéntica conclusión ha obtenido su técnico, Zeljko Obradovic, a quien se le va agotando la paciencia: "En este equipo falta garra y voluntad, hay que jugar con más deseo", dice el serbio: "No me gusta multar, pero si mis jugadores siguen con esta falta de concentración, no sólo en partidos sino también en algunos entrenamientos, no dudaré en sancionarlos".Con semejante puesta en escena del campeón de Liga, el Caja San Fernando no necesitó completar un extraordinario partido para llevarse, por fin, la victoria del Palacio. Se limitó a descifrar con rapidez las claves que le ofrecía el Madrid. La primera, con Sabonis de principal decodificador, explicaba que si casi todo el equipo era un desfile de indolencia, debajo de los tableros se alcanzaban cotas alarmantes de desgana. Azofra, que fue el dueño absoluto del ritmo, agradeció la información y abasteció sin cicatería a sus pívots, Godfread y Hall, que no lograron descubrir el otrora implacable paraguas atómico de Sabonis. Montes, otro ex estudiantil, experto por tanto en saber hurgar en la herida blanca cuando más duele, completó la faena y puso en evidencia la pasividad madridista con frecuentes entradas a canasta.

El partido fue siempre de los sevillanos (14-23, minuto 10; 32-40 en el descanso), a excepción de un breve tramo en el inicio de la segunda parte. Fue Antúnez, el madridista más metido en el choque, quien propició la reacción de su equipo (51-47, minuto 28) pero el error, esta vez, fue de Obradovic: cambió de base y, sin la garra de Antúnez, el Madrid se hundió irremisiblemente.

Un triple de Lasa y una jugada de tres puntos de Sabonis metieron por última vez a los madridistas en el partido (73-75). Pero el estadounidense Godfread le devolvió la moneda a Sabonis, con el agravante de que el jugador lituano sumó su quinta falta y tuvo que ver sentado en el banquillo la segunda derrota de los suyos en lo que va de campeonato.