El oficio pudo más que las ganas
El Getafe cosechó en Las Margaritas su primera derrota en Segunda División
La experiencia es un grado y así se puso de manifiesto ayer en las Margaritas. El Getafe puso ganas; el Osasuna, oficio. Y el resultado fueron dos goles que significan la primera derrota del equipo local en Segunda División. El Getafe no jugó mal e incluso destiló fútbol de calidad en la primera parte Pero no fue suficiente. El Osasuna, con un equipo compacto, ordenado, y una defensa muy disciplinada, desmontó el juego de ataque del Geta, que se estrelló una y otra vez contra la muralla pamplonica.El partido comenzó con un ritmo trepidante. Ambos conjuntos saltaron al césped con vocación ofensiva y a cada oportunidad del Osasuna le sucedía una del Getafe. El gol llegó muy pronto, a los once minutos, y tuvo el efecto de otorgar las riendas del partido a los getafenses. Empezaron a tocarla, a dibujar pases largos y en las botas de Guerrero estuvo el mejor fútbol local. Ante el empuje del Geta, el Osasuna se limitó a defender seriamente. Txetxu Rojo no varió su esquema a pesar de la ventaja y mantuvo a sus tres puntas preparados para la contra. El cuadro pamplonica no necesitó apenas centro del campo durante el encuentro: ocho jugadores se esforzaron en cortar las acometidas locales mientras los tres puntas se dedicaban a esperar baloneslargos.
Alegría
"Alegría, alegría, que estamos en Segunda", gritaba un aficionado optimista en el bar, durante el descanso. Se las prometía felices la afición, habida cuenta del juego practicado por el equipo en la primera parte. Pero cambió el color en la segunda. Sánchez Duque retiró a Mariano, el más despistado en el primer tiempo, y colocó a Rafita como nuevo organizador del juego. El cambio no surtió el efecto deseado y además, Guerrero se olvidé el talento en el vestuario. Anestesiado el juego por las bandas (excepto algunas pinceladas de Argenta), los intentos del Getafe de abrir huecos por el centro fueron sistemáticamente frenados por la zaga del Osasuna.
Lo único que conseguía el equipo de Sánchez Duque era forzar saques de esquina. Y allí, el equipo visitante al completo se encerraba y hacía su trabajo. El árbitro fue protagonista en el segundo tiempo. Su actuación desató iras y convocó pañuelos blancos en la grada. Cayeron botes e incluso una moneda, que alcanzó al colegiado cuando se retiraba del campo. Ni siquiera los entusiastas gritos de la peña femenina Doña Romera consiguieron dar alas a los getafenses. Y en el minuto 80 llegaba a oportunidad más clara del Geta: Montero recibía un balón, sólo en el área, y ajustaba el balón al palo corto, pero sin acierto.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.