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A rueda de "Big Mig"

El récord de la hora de Induráin abre la puerta a nuevos desafíos

Los 53,040 kilómetros logrados por Miguel Induráin en una hora el pasado 2 de septiembre han abierto la puerta a una resurrección de la competencia por un primado olvidado durante más de 10 años, posteriormente secuestrado por ciclistas ajenos a la competición en carretera y que en el plazo de un año ha evolucionado más que en los 12 anteriores. Induráin no sólo sobrepasó por primera vez los 53 kilómetros, sino que devolvió el orgullo de poseerlo a los grandes campeones del Tour; devolvió el mundo del ciclismo -a una nueva edad de oro, a los tiempos en que los mejores -Coppi, Anquetil o Merckx- gastaban también sus energías en trabajar por el símbolo de la hora.A rueda de Induráin comienzan a surgir los desafíos, alargando el interés de la temporada fuera de la carretera, convirtiendo la lucha por el récord de una pugna meramente contra el tiempo en una contra otros corredores, transplantando al ciclismo la emoción de los mano a mano taurinos. Por ejemplo- el deTony Rominger, el suizo que se anunció alternativa a Induráin en el Tour y segundo corredor mundial.

Los directores de Induráin, José Miguel Echávarri, y Rominger, Juan Fernández, consideran positivo el hecho de que el récord de la hora recobre su cara humana. Cuando las intentonas de Graeme Obree, Christopher Boardinan -dos especialistas de pista- o las últimas de Francesco Moser -un genio que se negaba a morir-, el acento y el interés fue hacia el lado técnicocientífico de, los récords. Sólo se hablaba de coeficientes de penetración en el aire, novedades tecnológicas o bicicletas de carbono. Exceptuando a Moser -con una espesa historia humana y ciclista detrás- la personalidad de los aspirantes despertaba indiferencia. No eran hombres- curtidos ni glorificados en la carretera, no eran héroes para los aficionados.

"El récord de Miguel", señala Echávarri, "también supuso un ejemplo de que se pueden hacer cosas de forma individual, sin imposiciones comerciales ni de organizadores ni nada. Es como abrir una nueva vía".

Rominger llevaba hablando del récord de la hora un par de años, pero el récord de Induráin parece haberle dado a las. Aún no es seguro que en noviembre ponga manos a la obra -la decisión la tomará definitivamente el 8 de octubre, después de la Vuelta a Lombardía, clásica de la Copa del Mundo que intenta ganar por tercera vez, y una vez visto si su estado de forma y las reservas que le quedan son suficientes. SÚ deseo es firme. El récord le servirá para pagar de alguna forma a sus patrones del Mapei-Clas el descalabro del Tour. Y en todo su entorno ya se está trabajando en el proyecto. Y en el ambiente ya flota la pregunta: ¿podrá con Induráin?

"Tony es capaz"

"Miguel Induráin es un monstruo. Sin preparación específica ha explotado las características increíbles de su físico". Michele Ferrari, el médico personal de Tony Rominger, lo tiene claro. "Si Tony quiere batir el récord de la hora debe trabajar de forma específica" afirma el médico.. Para Ferrari, el principal obstáculo para el éxito del corredor suizo, que llevaría a cabo su intento a los 2.200 metros de altura del velódromo olímpico de México, es el apresuramiento, sobre todo en lo concerniente a la adaptación a la altura. Aun así, se muestra optimista. "No es que exista. un proyecto oficial, pero la cosa se puede hacer", dice Ferrari. "Rominger lo pensaba ya cuando Moser se fue el pasado invierno a México. Entonces, la marca que había que superar [52,270 kilómetros, longitud lograda por el inglés Boardman en julio de 19931 era más sencilla. Ahora es más difícil, pero Tony puede superarla".A favor del suizo, según Ferrari, actúan otros factores. "En un año se ha mejorado considerablemente en lo concerniente a materiales para la bicicleta; también contamos con que la aerodinámica de Rominger es sensiblemente mejor que la de Induráin y luego, claro, está la altura". A más de 2.000 metros la resistencia del. aire es inferior, por lo que la energía desarrollada por el ciclista se concentra más en mover la bicicleta y no en vencer al aire. Un ahorro, que para Induráin, se ha calculado en casi un kilómetro de distancia.

Nadie pretende engañar a nadie. Cuando Induráin batió el récord en Burdeos se dijo que la verdadera marca estaba por llegar, que la buena sería la que consiguiera en altura, que la hora buena era la que sonaba en México desde que Eddy Merckx dejara el récord en 49,431 kilómetros en octubre de 1972 y Francesco Moser fuera capaz de superar la barrera de los 50 kilómetros (51,151 kilómetros) en enro de 1984. Ferrari reconoce que Rominger llenará un parentésis hasta que el navarro bata el récord en altura, probablemente en octubre de 1995. Un mes que será agitado: Boardman también ha mostrado su intención de recuperar el primado en esas fechas.

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